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'Pesadilla' Udoh: un número 6 de los Warriors fulminó al Madrid

El pívot de origen nigeriano fue top 10 de draft, era un portento defensivo en la universidad y quería jugar al fútbol americano..
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'Pesadilla' Udoh: un número 6 de los Warriors fulminó al Madrid
BULENT KILIC AFP

Ekpe Udoh: un torbellino la pasada temporada, la primera de su carrera en Europa, en el Fenerbahçe. En el playoff de cuartos ante el Real Madrid (un 3-0 demoledor) promedió 14,3 puntos, 7,7 rebotes y 23,7 de valoración. Una montaña de músculos que devoró a los de Pablo Laso… y que ha repetido en esta semifinal, en el cubil de Estambul: 18 puntos, 12 rebotes, 8 asistencias, 2 tapones, 8/12 en tiros, 2/2 en tiros libres… 36 de valoración y una sensación de superioridad anonadante en pista. Un gigante. Si el Fenerbahçe es campeón, le deberá mucho (en cuartos, 0-3 a Panathinaikos, 13,3 puntos, 7 rebotes y 21,7 de valoración) a su mejor fichaje del pasado verano: la continuidad de Udoh, que renovó con el equipo turco para buscar la Euroliga que se le escapó en la prórroga de Berlín, ante el CSKA, cuando muchos pensaban que pondría otra vez rumbo a la NBA.

Porque Udoh, 208 centímetros de herencia nigeriana pero criado en Oklahoma, fue número 6 de draft de la NBA, seleccionado por esos Warriors que son ahora mismo el mejor equipo del mundo y en cuya gestación influyó la salida del pívot: en marzo de 2012 fue traspasado a Milwaukee Bucks en una operación en la que llegó a la Bahía Andrew Bogut. Estaba naciendo el equipo campeón de 2015, y Udoh ya no estaba allí. En su primera temporada (elegido en 2010) arrastró una lesión de muñeca y en Milwaukee no estuvo ni dos años: los Clippers le dieron su (por ahora) última oportunidad NBA (2014-15) pero no llegó a hacerse un hueco firme. Entre problemas físicos y un juego de ataque todavía tosco para la exigencia de las zonas NBA, salió con destino Europa, donde es una fuerza sencillamente determinante. Diferencial.

Udoh, que hoy cumple 30 años, tira desde media distancia, tiene juego en el poste, pasa muy bien y lee perfectamente el juego. Un arsenal que se une a la potencia defensiva que le dio el apodo de Nightmare (Pesadilla) en su último año universitario, un paso por Baylor después de dos años en Michigan: ponía 3,7 tapones por partido y los ojeadores NBA se frotaban las manos con su envergadura y su timing para proteger el aro. También con su fuerza para cargar el rebote ofensivo. Seguía sin convencer su juego de ataque pero su progreso entre Michigan y Baylor fue lo suficientemente grande para valer ese número 6, finalmente fallido. Ahora, en plena madurez y convertido en un pívot total, podría desde luego tener sitio en una rotación NBA. Pero hasta ahora no ha sido su deseo: es feliz como guerrero perfecto del maestro Obradovic.

Y es feliz en Turquía, donde se forjó un personaje que mereció su propia leyenda urbana: un periódico aseguró que era de origen cubano así que tuvo que escribir su propio artículo para presumir de raíces africanas y de tener un abuelo que medía siete pies (2,13). Nunca, de hecho, había pisado Cuba. Admira (lo cuenta todo en el mismo artículo) a Jay Z, su primer coche fue un Nissan Pathfinder del año 1995, no le gustan los perros, le encantaría tener un mono como mascota, adora cantar… y juega al baloncesto porque sus padres le dijeron que de football, nada de nada. Fue para mejor, el tiempo lo ha dejado claro…