El CSKA abre la Final Four ante su bestia negra: el Olympiacos

"Quince posibles rivales y tenían que ser ellos”. Eso debieron pensar los aficionados del CSKA al conocer que el Olympiacos, su bestia negra, sería su rival en la Final Four. Es la cuarta ocasión en que ambos equipos se cruzan en los últimos seis años y el balance es desmoralizador para el poderoso conjunto moscovita: tres encuentros, tres derrotas. Dos en semifinales (Londres 2013 y Madrid 2015). Una en la final (Estambul 2012 con remontada de 19 puntos incluida). Solo en la de España, el equipo griego no conquistó la Euroliga. “Ahora estamos en 2017 y esto no tiene nada que ver con el pasado, va solo de vivir el presente”, declaró Dimitrios Itoudis, entrenador de un equipo ruso que solo ha faltado a dos fases finales desde 2001. Son 15 participaciones con la de esta edición. Un récord absoluto empañado por el resultado final: solo tres trofeos.

El Olympiacos, por su parte, tiene las mismas, pero en solo cinco oportunidades y con ­Vassilis Spanoulis siempre al frente. Kill Bill es, junto a Printezis, el alfa y omega de un conjunto que ha hecho de la defensa una obra de arte y que tendrá la baja de Hackett y la mas que probable de Lojeski. Los atenienses son la segunda defensa del campeonato (74,2 puntos recibidos), con un pico de eficacia increíble entre diciembre y mitad de febrero cuando en 13 partidos dejaron a sus rivales siete veces por debajo de los 70 tantos.

Estadísticas. Maldiciones. Aspectos que quedan en suspenso cuando Nando de Colo y Milos Teodosic flotan sobra una cancha. Son dos de los mejores bases del Viejo Continente. El francés es el jugador más determinante de Europa tras Sergio Llull y el serbio ya mira con ansia la NBA después de una carrera impresionante. Dos armas devastadoras contra la inexpugnable muralla helena. Solo uno luchará por el título el domingo.