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SPURS 121 - ROCKETS 96 (1-1)

Los Spurs se levantan con un Kawhi genial y Pau como titular

San Antonio empata la serie (1-1). La cruz, la lesión de Tony Parker en la rodilla izquierda. Los Rockets pagaron la mala noche de Harden (3/17 en tiros).

Pau Gasol trata de anotar ante Capela.
Pau Gasol trata de anotar ante Capela.RONALD MARTINEZAFP

El ajuste fue Pau Gasol. Gregg Popovich incluyó al español en el quinteto titular por primera vez desde el pasado 17 de enero (último partido antes de su lesión) y los Spurs se llevaron un partido (121-96) con aroma a final. Una derrota habría resultado mortal para sus aspiraciones, pero San Antonio se levantó a lo grande tras la debacle del primer encuentro. Llevó la iniciativa durante prácticamente los 48 minutos y logró poner el 1-1 a base de imponer sus centímetros. LaMarcus Aldridge (15+8) mejoró sus prestaciones —lo que no era complicado— y Pau Gasol (6 puntos, 13 rebotes, 3 asistencias y 4 tapones) marcó la diferencia en la pintura. Protegió su propio aro, intimidó defensa y resultó fundamental para decantar la batalla por el rebote del lado local (47-32). Igual de claves resultaron sus seis rechaces ofensivos. Pese a que no tuvo su noche en el tiro (3/11 con un 0/3 en triples), su irrupción en el quinteto fue un acierto.

Pero más allá del trabajo de estos dos veteranos, el hombre del partido volvió a ser Kawhi Leonard. Decisivo atrás secando a un James Harden que se quedó en un 3/17 en el lanzamiento y factor diferencial en la ofensiva. Acabó con 34 tantos (¡13/16 en tiros!), 7 rebotes, 8 asistencias (mejor marca de toda su carrera) y 3 robos. Con él sobre el parqué, las espuelas cosecharon un +24. Los números hablan por sí solos. Si su temporada regular fue un escándalo, lo que está haciendo en estos playoffs no tiene nombre. Kawhi rules.  

Preocupante lesión de Tony Parker

La tercera pata sobre la que sustentaron los Spurs fue Tony Parker. El base cuajó una notable primera mitad y fue el encargado de mantener a flote a los suyos tras el descanso. Pero cuando los de Pop habían superado esa zozobra tras la vuelta de vestuarios y mejor pintaban las cosas (+14), el base tuvo que abandonar el partido a comienzos del último cuarto. Tras uno de esos lanzamientos a una mano con parada en un tiempo marca de la casa, la rodilla izquierda dijo basta. No hubo golpe de por medio y no fue capaz de abandonar el parqué por su propio pie. Mala pinta tiene el asunto. Y no lo digo yo, sino el propio Popovich. Duro golpe que empaña la contundente respuesta de los de El Álamo (17-2 tras derrota de 25+ puntos en la era Popovich). A la espera de noticias, Patty Mills está llamado a asumir la responsabilidad en la dirección.

Los Rockets, sin acierto

Houston fue capaz de imponer el endiablado ritmo que borró del mapa a los Spurs en el Game 1. Lo que se explica gracias a la mejoría defensiva local en la defensa del pick&roll como a la pérdida de acierto de los cohetes. Convirtieron la mitad de los 22 triples con los que el lunes bombardearon San Antonio. Harden (13+7+10) nunca se sintió cómodo y ni Ariza ni Lou Williams fueron capaces de acompañar a su estrella. Ryan Anderson y Eric Gordon sí dieron ese paso adelante... hasta el descanso. Y cuando lograron poner en peligro el mando de los Spurs (más por demérito de estos que por mérito propio) con el 84-81 a segundos de la conclusión del tercer acto, Jonathon Simmons apareció para impulsar el despegue definitivo de San Antonio. ¿El as en la manga de Popovich para esta eliminatoria?

Houston espera

La eliminatoria pone rumbo al Toyota Center tras dos primeros partidos en los que apenas hemos visto batalla. Tras la paliza (+27) de los Rockets hemos pasado al +25 de los Spurs en este segundo asalto. Una abultada victoria que sin embargo resulta algo engañosa porque Houston bajó los brazos en el último cuarto (33-13). Hasta entonces, los de D'Antoni se mantuvieron con vida en el encuentro pese a al mal día de Harden y su escasa intensidad defensiva. La sensación sigue siendo que, a los puntos, cuentan con mayor variedad de recursos ante unos Spurs que necesitan encomendarse cada noche a la versión extraterrestre de un Kawhi que se desfonda tanto en defensa como en ataque. Veremos hasta dónde le dura la gasolina