BILBAO - ANDORRA

El Bilbao aún cree en el playoff: victoria y 'average' ante Andorra

Enorme ejercicio de voluntad de los 'hombres de negro' ante el físico descomunal de los del Principado. El rebote decidió: tercera mejor marca en la historia del RETAbet (47, con 17 ofensivos)

Tabu, ante Albicy
Alfonso Herrán
Coordinador en la delegación de País Vasco de Diario AS desde 2017. En 2008 entró en Diario AS como redactor de polideportivo y desde entonces es su casa. Le gusta tocar todos los palos, pero ahora está más centrado en realizar las crónicas del Athletic y el Bilbao Basket. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Deusto.
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Hay tres o cuatro batallas en la ACB: por la cima, en la parte de buscar la ventaja de campo en cuartos de final, los que tratan de huir de la quema por abajo y los que aún no ven el playoff en la puerta de su casa y tienen que salir a buscarlo. Es el caso de Bilbao y Andorra, que sostuvieron un debate irregular, con idas y vueltas en Miribilla, pendientes también el average (+4 para los del Principado) y decantado para el más exigido y con una fe mayor (ahora están a un triunfo y con coeficiente vizcaíno). El físico era de los visitantes, pero la voluntad (esa que conducía al ritmo y a atrapar rebotes, alcanzaron la tercera mejor marca de su historia, 47, con 17 ofensivos, a dos de un par de compromisos de la temporada 2010-11) corrió a cargo de los locales. Al final, el cuadro de Peñarroya acabó pareciendo el más detartalado: Albicy estaba mal físicamente y no se dejó ver, Burjanadze pasó una matinal amarga con el marcaje de Hervelle y Mendia, y Shermadini encontró dureza en sus pares y las ayudas.

En el caso del Bilbao, tras el salto inicial, más que una cuestión de mirar al tanteador era de supervivencia a la espera del final: Borg se cayó a última hora por una rotura de fibras en el músculo tibial anterior de la pierna izquierda y Bamforth está borrado para lo que resta de campaña. Así que ni un andamio robusto sostiene el pobre perímetro del equipo. Por dentro, no jugó Nikolic por castigo y tuvo que echar una mano Mendia, que contagió su arrojo. El fuego inicial sí le dio para creer que podía completar la misión: la primera canasta en juego de ambos, que arrancaron con mucha tensión sabiendo lo que había en juego, tuvo lugar con un consumo de tiempo de 2:20. Había gran respeto mutuo.

El Bilbao decidió dar el primer paso valiente: 19-14 tras dos canastas de Buva (-32:42). Pero las rotaciones fueron minando al equipo, todas menos la de su cinco croata. Sí, Salgado, Llorente, Lapornik y Mendia le ponen ardor, pero no hay muchos puntos en sus manos, y por delante Tabu estaba negado de cara al aro, a la espera de la traca del colofón: anotó su primera canasta al filo del bocinazo del final de primer tiempo. Lanzó un puñetazo de rabia al aire. Navarro había hecho algo parecido a la conclusión del cuarto inicial, pero en formato triplista. El Andorra lo tenía claro: metió físico a mansalva, hizo dos contra unos automáticos cuando el balón entraba al poste bajo con Buva y Mumbrú, y se cerró en defensa.

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La segunda parte dibujó de arranque un panorama similar. El Andorra se quedó en dos puntos durante seis minutos y Todorovic, cada vez más asentado en la posición de escolta, metió un triple tras mover con paciencia el equipo la bola por el perímetro y llevó la distancia al techo local: 46-39 a falta de 14:16. Duran iba trampeando con las rotaciones ante un rival frío, con cierta laxitud atrás. Por voluntad encomiable, el Bilbao se fue a la máxima diferencia: 62-54 (-8:08) tras triple de Tabu, que iba cogiendo el hilo del argumento. Mumbrú descansaba a la espera de la parte definitiva y salió a falta de siete minutos. Hizo un partido serio, sin grandes lujos pero una vez en plan líder total, aunque falló tiros libres importantes en el suspiro final. Eric sacó un 2+1 a Shermadini, aunque no aprovechó el adicional y acto seguido anotó un contraataque un Navarro que juega sin hacer ruido pero aporta determinación. Hervelle anotó un triple decisivo a -2:14 (71-63). Luego Eric (su rotación final fue decisiva) ajustó un gorrazo a Shermadini, amargado en gran parte de la matinal. Mumbrú cometió la cuarta y fue sustituido como en tramos de balonmano por Lapornik defensa-ataque. La impotencia, especialmente por el poco deseo y la falta de dureza en el rebote propio (Hervelle capturó 7 ofensivos y su equipo, 17) viajó al banquillo visitante y el exBilbao Paco Vázquez recibió una técnica.

"Perdimos una oportunidad de hacer algo grande. No jugamos al ritmo que pretendíamos, ni a la altura exigible. Perdimos el partido y, por el average, casi otro", soltó muy serio Joan Peñarroya. "Felicito al equipo por creer; dimos ese paso necesario para tener fe en el playoff. Si somos los de Badalona no tenemos nada que hacer", valoró feliz Carles Duran.

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