"Nuestra diferencia con otros equipos es el compañerismo"
Inés Orselli (24 años y 1,73) llegó al Movistar Estudiantes en 2015 y, tras siete meses de baja por lesión, afronta con ilusión la última ronda que puede llevar al equipo a LF1.
Nacida en la capital argentina, Orselli se trasladó a la villa marinera de Luanco, a menos de 40 kilómetros de Oviedo, cuando tenía solo nueve años. "Fue por el trabajo de mi padre. Allí comencé a jugar al baloncesto -nunca lo hice en Argentina- hasta júnior. Luego me llamaron de la Universidad de Oviedo y estuve los cuatro años de carrera. Y, desde ahí, al Estu", continúa. El aterrizaje en Serrano 127 de esta licenciada en magisterio fue suave. Acompañada de su pareja, salió por primera vez fuera de casa para esta experiencia: "A él le llamaron para trabajar en una empresa y dijimos 'vamos a aprovechar esta oportunidad'. Se dio todo muy bien".
Pero no todo ha sido sencillo en Madrid. Orselli ha tenido que afrontar una dura lesión que la tuvo parada durante siete meses. Hasta el 7 de enero. Ese día, volvió a pisar una cancha de baloncesto. "Tenía una subluxación en el hombro derecho. La arrastraba de antes y en un partido se me salió. A partir de ahí, se repetía continuamente: en entrenamientos o encuentros. Llegamos a la conclusión de que debíamos operar. O lo hacía o no iba a poder seguir". En ese debut, además, se inició la racha inmaculada de un equipo que se enfrentará en el Palacio de los Deportes de León al Pacisa Alcobendas, al Joventut Les Corts y al anfitrión, el Aros Patatas Hijolusa.
"Fue muy duro (estar fuera). Es una operación muy dolorosa y una lesión que afecta a todo. Fui zurda durante siete meses: aprendí a hacer muchísimas cosas con la izquierda", dice Orselli que nunca se desligó del resto del equipo en esa etapa de recuperación, en la que estuvo acompañada en todo momento por Amaya Martín, la fisioterapeuta del conjunto estudiantil ("La veía prácticamente dos horas cada mañana. Me acompañaba al hospital, a las revisiones..."). "No se perdió ni un entreno", revela Fito González, su entrenador. "Sabía que iba a ser un año complicado y que no tenía que frustrarme porque las cosas iban a tardar en llegar, pero me propuse ir a todos los entrenamientos para no salir del grupo", subraya antes de recordar a la otra lesionada: Teresa López. "Tuvo peor suerte que yo y se volvió a operar (rodilla derecha), pero no baja los brazos. Sigue dándose caña. Sin meterse prisa porque al final no te sirve de nada. Trabaja duramente para volver a estar con nosotras", declara.
Con medio corazón argentino y nacionalidad suiza, reconoce la importancia del vestuario en esta aventura. La culpa de estar a las puertas de la élite del baloncesto femenino se reparte entre todas. Una primera división que el club del Ramiro abandonó en 2010. "No solo somos compañeras en la pista, sino también fuera. Compartimos momentos lejos de la cancha y eso te une aún más. ¿El secreto? Es el trabajo, la progresión del día a día y el esfuerzo que ponemos todas. La diferencia con otros equipos es el compañerismo y el buen rollo que tenemos", dice. Ahora solo queda disfrutar y hacer el más difícil todavía: mantener la racha hasta cruzar la última meta.
Formato de la fase de ascenso
Grupo A: Movistar Estudiantes Pacisa Alcobendas, al Joventut Les Corts y el Aros Patatas Hijolusa.
Grupo B: Laboratorios Ynsadiet Leganés, Ciudad de los Adelantados, Snatts Femení Sant Adriá, y Kemegal Cortegada.