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DEPORTE UNIVERSITARIO

CCU suspende a sus animadoras: prostitución, striptease, alcohol...

Escándalo universitario con un grupo de animadoras que supuestamente cobraban por citas, trabajaban como strippers, consumían drogas...

CCU suspende a sus animadoras: prostitución, striptease, alcohol...

Nuevo escándalo en el deporte universitario estadounidense, esta vez protagonizado por las cheerleaders de la universidad de Coastal Carolina, que han sido suspendidas por la propiedad institución académica porque hay evidencias de una serie de prácticas que incluyen “mala conducta y prostitución”.

Las chicas no participarán en competiciones de animadoras después de que al rector de la universidad se le informara a través de una carta de un largo historial de comportamientos extraños de las chicas del grupo de cheerleaders, “una larga lista que incluía la práctica de la prostitución, el suministro de alcohol a las miembros menores de edad o incluso pagar a otros estudiantes para que les hicieran sus deberes académicos”.

Según una de las animadoras, la que de forma anónima ha desvelado todo el entramado, varias de sus ya excompañeras han sido ya interrogadas por la policía, que ha investigado también sus teléfonos móviles. Algunas de las animadoras y varios de sus familiares se han mostrado muy activos en las redes sociales contra la universidad, que incluso ha hecho desaparecer la sección de las cheerleaders de su página web. Pero los datos que se van conociendo no apoyan precisamente la causa de las suspendidas. De hecho existe ya una investigación criminal abierta ya que varias de las animadoras habrían estado ejerciendo de escorts, cobrando entre 100 y 1.500 dólares por sus servicios, en principio citas en las que no hay constancia de que hubiera también relaciones sexuales. Además de dinero en metálico, recibían pagos en forma de zapatos, ropa y bolsos de marcas como Michael Kors. Las gestiones se hacían a través de la web seekingarrangements.com.

Algunas trabajaban además en clubes de striptease aunque se les avisaba en tiempo de competición para que no levantaran sospechas. Al menos 11 integrantes del equipo habrían formado parte de ese servicio de escort (chicas de acompañamiento) según la carta que recibió el rector David DeCenzo. En el escrito se detallaba que las jóvenes se prostituían, trabajaban como strippers, bebían y obligaban a beber a las recién llegadas, muchas veces menores de edad, que prácticamente tenían que pasar un rito de iniciación y que no eran aceptadas si no comulgaban con el modo de vida de sus compañeras. También se les acusaba de usar documentación falsa para conseguir alcohol y de consumir drogas ilegales.