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IBER. TENERIFE 75 -REAL MADRID 64

El Iberostar rompe al Madrid y sueña con ganar la Liga regular

El Iberostar Tenerife no se arrugó en uno de los partidos más importantes de su historia y mantiene el liderato a falta de diez jornadas. Tercera derrota blanca seguida.

Davin White.
Davin White.Cristóbal GarcíaEFE

El Iberostar defendía un liderato histórico y no se encogió. Pecho firme y a por el desafío. Mostró su nivel, el de toda la temporada, y lo multiplicó por dos, la visita del Madrid lo merecía. Brega continua, determinación, concentración extrema y una circulación precisa de balón que lo llevó a anotar los seis primeros triples que lanzó en siete minutos. Talla máxima en uno de los partidos más importantes de la historia del club. Un triunfo, el decimoséptimo, con el que iguala su mejor marca de siempre y que le mantiene en el liderato a falta de diez jornadas. Aventaja en dos al Madrid. El sueño cada vez es más real. Ganar la Liga, la Liga regular, no parece una quimera.

Este sábado sacó de rueda al Real con una defensa modélica y un gran acierto en el tiro, las mismas armas que lo han traído hasta aquí. Cuatro jugadores sumaron al menos doce puntos: Doornekamp (17), Abromaitis (15), Bogris (14) y Grigonis (12). Y otros hicieron un trabajo magnífico atrás, como el senegalés Niang. Reflejo perfecto de los mecanismos de un grupo que funciona.

El Iberostar superó al rival en todo, a un Madrid que se atascó en la pista, con el balón en las manos, y entró en disputas que no le ayudaron. Randolph fue expulsado (dos técnicas) y se marchó aplaudiendo a los árbitros y a la grada. Solo Doncic estuvo atento al quite y trató de calmarle. El canterano, además, aguantó sin sacar los pies del tiesto cada vez que Grigonis fue a buscarle. Una mano en la cara por aquí, un empujón por allá.

Tercera derrota blanca seguida en siete días: Gran Canaria, Galatasaray y ahora Tenerife. Tercera derrota también consecutiva en la ACB, porque antes de la Copa tropezó en Málaga. Momento bajo tras el título copero, parece algo agotado mental y físicamente. Los 4.300 kilómetros del viernes desde Estambul tampoco ayudan, claro.

Agrupó apenas 40 puntos en los tres últimos cuartos. Sin acierto y esta vez sin capacidad de reacción. Para la última tentativa Laso recurrió a Doncic y mandó a Llull al banquillo (62-52, minuto 32). En el primer intento de reponerse, aún en el cuarto inicial, pudo frenar la orgía en el lanzamiento local con un tiempo muerto y un ajuste defensivo. Y con la entrada de Maciulis. También se sentó Doornekamp (3 de 3 entonces). Del 26-16 al 26-24.

El acierto aurinegro bajó a partir de ahí, pero el de los blancos también. La pelea cambió de escenario y el nuevo lo dominó el Iberostar. Ni Llull ni Rudy ni Carroll… Nadie acudió al rescate de un campeón que no se pasaba la pelota, deslavazado como grupo (apenas ocho asistencias, cuatro de Doncic) y que iba una zancada por detrás en defensa.

Todos los números eran aurinegros, todos menos las pérdidas (17). Los visitantes, técnicas al margen, cometieron solo 14 faltas. No estaban metidos, aunque llegaron a ponerse a tiro de dos: 54-52. Cinco tantos seguidos de Abromaitis, el hijo del ochentero y madridista Jim, otro triple de Doornekamp y un mate a la carrera de Grigonis dieron el impulso definitivo. La violencia de la última acción descolgó la luz roja del tablero, pero el parón no alteró dinámicas.

Txus Vidorreta estaba inquieto, no quería que el Madrid se recobrara. No lo hizo. El técnico bilbaíno le ha puesto sello de autor a un equipo en el que tan bien trabajó Alejandro Martínez. Conduce camino de uno de esos milagros que ocurren cada varias décadas. Un Vidorreta que ya ha sido líder con tres clubes: Alicante, Bilbao e Iberostar. Nada es casual.

Sigue el partido de baloncesto , jornada 25 de la Euroliga de basket: Real Madrid-Estrella Roja.