El Barcelona es una ruina

Que esto ese acabe lo antes posible porque el espectáculo visto hoy en el primer cuarto del Palau Blaugrana, por mucho CSKA Moscú que hubiese delante es indigno de jugadores profesionales. Bartzokas no puede meter canastas y ya no sabe que remedio poner al desastre vivido hoy. El 61-85 final puede parecer incluso digno, pero tras el primer cuarto (4-29 y -7 a 47 en valoración), suerte tuvo el Barcelona con que Dimitris Itoudis, el técnico griego del equipo ruso, empezara a dosificar a sus 'estrellas' Nando de Colo y Milos Teodosic y su equipo se limitase a cumplir el expediente.

Pero el Barça se 'suicidó' materialmente desde el perímetro exterior (11 de 36 en triples), con sólo 11 canastas de 26 intentos de dos y 18 pérdidas de balón. Así no se gana a nadie. El CSKA había perdido sus cuatro últimos desplazamientos, pero le bastaron diez minutos para alcanzar al Real Madrid, si bien los blancos mantienen aún el liderato. Todo el mismo día en el que los locales perdieron ya todas sus opciones de clasificarse para el playoff de cuartos.

Para el CSKA la victoria era clave para dar caza a los de Laso en lo más alto, aunque estos tienen el 'average' a su favor. Así que Itoudis empleó todos sus recursos ante un Barcelona que sigue limitado de efectivos sin Navarro y Doellman y, lo peor, con una moral de cristal y falta de juego en equipo.

De entrada, la defensa de ayudas sobre Rice y Tomic ahogó a los azulgrana, sin rumbo en el peor primer cuarto que uno recuerda en las algo más de tres décadas que lleva yendo al Palau. Un vergonzoso parcial de 4-29 que superó incluso al que hicieron en la humillante derrota de esta temporada frente al Real Madrid (63-102). En aquella ocasión el primer cuarto acabó con 17-29.

Un parcial de 0-11 en los primeros cuatro minutos que no arregló ni un desesperado tiempo muerto de Barzokas, ni un cuádruple cambio dando entrada a Claver, Perperoglou, Koponen y Faverani, dejando solo a Renfroe del cinco inicial. Pero la magistral dirección de Nando de Colo, letal, y la efectividad de Milos Teodosic borraba a los azulgrana de la pista, cerrando el cuarto con una ventaja increíble de 25 puntos. Aunque eso sí, con 7 balones perdidos, 1 asistencia, 0 de 8 en triples y 2 canastas de dos,casi se puede decir que la paliza fue corta.

Como era de esperar, el CSKA Moscú se relajó, Ante Tomic se rompía la cara en la zona moscovita, pero sin suerte y era Vezenkov, que sumaba 11 puntos en este cuarto el que hacía mejorar algo el juego local (21-40, m.18), pero Itoudis devolvía a pista a De Colo y Teodosic (15 y 9 puntos en esta primera mitad) y se cortaba la racha al descanso (24-48).

Los de Bartzokas salieron algo más afinados en el tercer cuarto con tres triples casi seguidos, dos de Rice y Renfroe, y tras una canasta de Oleson se bajaba de los veinte puntos en contra (35-54, m. 24). Teodosic volvía a pista, también entraba Claver por el Barcelona, que estaba con Diagné en pista tras cometer la tercera falta Tomic (m.23).

El ritmo de juego del CSKA se ralentizaba, su intensidad defensiva también y se entraba en un intercambio de canastas y con al lucha de Diagné contra Agustine y Kurbanov, siendo Diagne el que cerraba el tercer cuarto (47-66), con un parcial para los azulgrana de 23-18.

Para alargar la agonía azulgrana, el marcador electrónico se averió, ya solo faltaba eso, y se retrasó el comienzo del último cuarto, que, en realidad sobraba ya. Diagné siguió en pista, con Renfroe de base y Rice en el banco. De Colo y Teodosic marcando un ritmo lento y cuando el Barcelona apretaba, la respuesta llegaba desde el perímetro con triples de Vorontsevich y Higgins (50-72, m.33).

Rice volvía a pista por Renfroe, Perperoglou seguía fallando tiro tras tiro, y era relevado por Oleson, pero dos contragolpes de De Colo ya certificaban lo que estaba sentenciado desde el primer cuarto (54-78, m.36).

De Colo y Teodosic se iban al banquillo, pero el CSKA recuperaba su máxima ventaja tras un tiro libre de Freeland (54-79, m.38) y dos canastas consecutivas de Cory Higgins y dos tiros libres de Jackson establecían la máxima diferencia del encuentro (58-85, m.40). Y el calvario puede durar aún seis jornadas más.