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HAPOEL 87 - GRAN CANARIA 67

El Herbalife Gran Canaria se desmorona en Tierra Santa

Un horrible último cuarto le condena. El segundo partido se jugará este viernes en el GC Arena (20.30 hora insular). Si pierde, adiós a su tercera semifinal seguida de Eurocup.

El Herbalife Gran Canaria se desmorona en Tierra Santa

El grupo Ketama, al compás de una preciosa música donde se mezclan guitarras, palmas, percusión y mucho arte y compás, cantó de manera deliciosa aquello de “se dejaba llevar”. Y eso fue lo que hizo esta tarde el Herbalife Gran Canaria en la cancha del Hapoel Jerusalem. Consciente del roto que le hizo el equipo, los amarillos bajaron los brazos al alba del último cuarto pensando ya en el viernes. Una derrota sería fatal.

Con tantos factores en contra, especialmente el ambiental, tan ruidoso como se comporta el Pais Arena, salió bien parado el Granca de una primera parte especialmente ciclotímica, acaso fallones ambos equipos, en ocasiones llevando la iniciativa, especialmente intensos como bien se merecen los cuartos de final de la Eurocup. Amare Stoudemire no es ni siquiera la sombra de lo que fue, pero ahora mismo le basta con eso para dominar esta competición. La búsqueda del pick and roll con él como eje es la base del Hapoel, y eso la bastó a su equipo para ponerse rápidamente con un 7-2 a favor. Ocurre que no es el Herbalife un equipo que se descomponga con facilidad, y un triple de Salin primero, y una bandeja de Báez después, le dieron la iniciativa, 7-9. Poco después, un canastón de McCalebb ponía el 8-13 en el marcador, lo que suponía un 1-11 de parcial que obligó al banquillo local a parar el partido. Amare, quién si no, rompió acto seguido la mala racha anotadora local. La igualdad era máxima, y así lo demuestra el 16-17 elevado al cielo del coloso hebreo al final del primer acto.

Ni que fuera una vía principal en hora punta, el segundo cuarto empezó con un desquiciante atasco atacante en ambas canastas, del que sacó mejor provecho el Granca con 4 puntos seguidos de Aguilar, mate incluido, para el 17-21. Poco se sabía de Jerrells hasta el triple que supuso el 22-21, y entonces Dyson entró en erupción, con triple incluido tras rebote de Randle tras fallar su propio tiro libre en una acción que supuso la tercera falta de Hendrix.

Kuric fusiló desde más allá del 6,75 para que el Herbalife no perdiera la estela local, 26-24. Pero su equipo deambulaba sin orden ni concierto, totalmente a merced del Hapoel, que acabó desperdiciando una oportunidad única para hincarle el diente al encuentro. Dyson hizo el 30-24, lo que trajo consigo que Casimiro tuviera que pedir tiempo muerto tras verse sometido por un 13-3 en contra. Los amarillos abusaban del triple, y curiosamente desde más allá del arco, por medio de Báez, empezaron a arreglar el desastre que se avecinaba, 37-31. Del toma y daca final salió bien parada la formación grancanaria, que se marchó al descanso perdiendo de solo un punto, 39-38. Excelente noticia tras lo vivido pocos minutos antes sobre la cancha.

Dyson a lo suyo. El escolta norteamericano estuvo a punto, él solo, de dinamitar el partido en el tercer cuarto. Con tres triples, de distinto pelaje y condición, abanderó una tremenda salida del Hapoel, 54-43. Curiosamente, los mejores minutos locales tuvieron lugar sin Stoudemire, por aquel entonces en el banquillo con tres faltas en su estadística. Acudió al rescate, una vez más, Albert Oliver, tan sufrido esta tarde en defensa sobre Jerrells como certero en ataque, quien con cinco puntos seguidos, mantenía al Gran Canaria dentro del partido, 54-48. Seguía castigando el Hapoel de tres, desde donde anotaron consecutivamente Jerrells y Halperin para el 62-53. Los insulares estaban a verlas venir, arrinconados, acaso deseando que acabara cuanto antes la tortura del tercer cuarto, a cuya finalización ‘solo’ iba perdiendo de 7, 64-57.

Si alguna opción de remontada tenía el Gran Canaria, esta desapareció sin margen de error ni respuesta. Apretando clavijas en defensa, el Hapoel se gustaba tanto en ataque que, ahora sí, se convirtió en un equipo imparable ante un Granca en exceso destensado, muy desconcentrado, por supuesto desorientado, ni siquiera competitivo. Al poco de empezar el último parcial Randle le daba otro +11 a los suyos, 70-59. Lejos de ir corriendo a por vendas, el Herbalife se desangraba sin remedio. Un triple de Kinsey que suponía un 76-62 se clavó como un puñal en el corazón amarillo, de latido cada vez más débil en tierra santa, buscando quizás respuestas divinas a un desastre empíricamente terrenal. Se dejó ir claramente el equipo de Luis Casimiro, descontando minutos que parecían horas, sabedor de que las diferencias en las derrotas de nada importan en una eliminatoria al mejor de tres partidos. Al calor del Gran Canaria Arena se jugará este viernes (20:30 horas, horario insular) la posibilidad de seguir con vida en la Eurocup y, por tanto, de continuar la pelea por alcanzar su tercera semifinal seguida en esta competición. Poca broma.