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HERBALIFE GRAN CANARIA 100 - MONTAKIT FUENLABRADA 76

El Granca bate al Fuenlabrada y jugará el playoff de cuartos

Los amarillos firman una segunda parte casi perfecta: 100-76. Remontaron un 0-2 en esta fase de grupos. Imperiales Salin, McCalebb y O´Neale. Espera el Hapoel de Jerusalén.

Bo McCalebb, ante Ludde Hakason y Pako Cruz.
Elvira Urquijo A.EFE

Motor diesel, siempre fiable. Así funciona este Herbalife Gran Canaria, que le dio una buena tunda al Montakit Fuenlabrada tras un segunda parte primorosa. Era este un partido a todo o nada para ambos, y no decepcionó. Para el Fuenla, pasar era un premio; para el Granca, una obligación. Se dio cuenta a tiempo el equipo de Luis Casimiro.

Y por ser, la primera parte fue un maravilloso espectáculo de baloncesto. Pasó de todo, y casi todo bueno. Bien es cierto que el Herbalife empezó como un tiro, con ese 13-3 tras 2 triples de Salin y 7 puntos de McCalebb que obligó a Cuspinera a pedir tiempo muerto, como también lo fue que el Fuenlabrada jamás se descompone. Sekulic le había sacado dos faltas a Pasecniks en apenas 20 segundos, y ahora tuvo que ser Casimiro quien parara el partido tras encajar un parcial de 0-7, 13-10. Después, Kuric le dio un poco de aire al Granca con tres tiros libres para el 18-12.

Se envalentonaron los locales, y Oliver firmó el 22-12 tras un parcial de 10-0 a favor amarillo. Rupnik acudió al rescate fuenlabreño, triple para el 24-15, y el Gran Canaria se las prometía muy felices al final del primer cuarto (26-19).

Hollins reventó el aro visitante al alba del segundo cuarto, 28-21, pero Rupnik no estaba dispuesto a plegar velas y anotó 5 puntos de carrerilla para que el Fuenlabrada, equipo al que hay que derrotar varias veces en 40 minutos, se fuera del partido (30-26). Duro como una roca, ni que estuviera hecho de granito, Hettsheimeir se sumó al espectáculo para, con 6 puntos seguidos frutos de sendos 2+1, darle la primera ventaja al Fuenlabrada, 34-35.

Ocurre que Salin tenía su día, con un cuarto triple personal para el 42-38, y por eso los visitantes no terminaban de darle un bocado al partido. Poco importaba, pues siempre, aunque no lo pareciera, estuvieron dentro como bien lo demostró el triple de Paunic para llegar empatados ambos equipos al descanso, 47-47.

Ni fue fuera un calco del inicio de este duelo, McCalebb se subió a su particular cohete para, con 6 puntos casi consecutivos que desembocaron en 58-49, obligando a Cuspinera a pedir tiempo muerto demasiado pronto, lo que después le costó muy caro a la hora de frenar la avalancha de juego local. Salin seguía a lo suyo, 4º triple para el 61-49, y Paulí, poco después, ponía un +15 que empezaba a ser definitivo, 67-52. El Granca olió sangre y se lanzó sin compasión al cuello rival, y Kuric, desde el 6,75, clavó una daga directa al corazón fuenlabreño, 72-52.

El partido se había roto del todo. De poco, o nada, sirvieron dos triples de Wear que dejar al Fuenlabrada a 7, 76-69. No se pudo considerar ni siquiera como un pequeño hilo de vida, pues O´Neale respondió acto seguido desde idéntica distancia, 79-69. A partir de ahí, el aluvión de golpes amarillos al mentó rival fue de tal calibre, que los visitantes no tuvieron más remedio que plegar velas y rendirse. Los puntos cayeron de todos los colores y sabores para delirio de una grada que, por fin, empezó a recordar al ambientazo del siempre añorado Centro Insular de Deportes.

El Fuenlabrada compitió con la cabeza bien alta hasta que le duraron las fuerzas, aquellas que le sobraron a sus animosos seguidores. Poco o nada puede reprocharse, pues el Herbalife firmó una segunda parte casi perfecta para ganar con todas las de ley. Los amarillos, tras remontar el 0-2 inicial en esta fase de grupos, encaran ahora las eliminatorias con la moral por las nubes (en el playoff de cuartos le espera el Hapoel Jerusalén). Ganar la competición debe ser el objetivo. Hoy, un pasito más.