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CLÁSICO NBA: CELTICS-LAKERS

El día en el que Kobe Bryant estuvo cerca de ser de los Celtics

Antes del draft de 1996, el escolta y mito de los Lakers llegó a entrenar con la franquicia de Boston. "Vimos mucho de Jordan en él".

Kobe Bryan entrenando junto a Dennis Johnson y con una camiseta de los Celtics antes del draft de 1996.
THE BOSTON GLOBE/GETTY IMAGES

Esta madrugada (2:00 hora española) se disputa en Boston el primer Clásico de la NBA sin Kobe Bryant desde que los Lakers derrotasen en enero de 1996 a los Celtics (107-124) en el por entonces recién inaugurado FleetCenter (TD Garden). Hace poco más de 13 meses dicho pabellón se puso en pie para decir adiós a su gran enemigo íntimo en pleno farewell (tour de despedida) del ‘24’. Fue el escolta quien decidió con un triple la victoria número 159 de los angelinos entre Regular Season y Playoffs. Semanas más tarde, los Celtics se cobraron la revancha en el Staples para sumar su triunfo 199 en el duelo que ha marcado la mayor rivalidad que ha visto la NBA. De salir victoriosos en unas horas, los verdes alcanzarían la redonda cifra de los 200 partidos ganados. Incluso, según datos de Basketball Reference, romperían el empate a 3.252 victorias que mantienen con los de púrpura y oro para colocarse como la franquicia con más encuentros ganados de Temporada Regular de la historia de la NBA. Sin embargo, este dato queda en entredicho ya que la propia web de la NBA eleva los triunfos de los angelinos hasta los 3.254.

Al margen de esta controversia numérica, como aperitivo del gran Clásico recordamos el día en el que Kobe Bryant estuvo cerca de convertirse en jugador de ¡los Boston Celtics! ¿Qué habría pasado si los verdes hubiesen apostado por Bryant? Responde él mismo: “Habría hecho todo lo posible para continuar el legado de Larry Bird con todo el orgullo y honor”.

El 26 de junio de 1996 se celebró el draft que alumbró a una de las mejores generaciones de todos los tiempos. Justo un año antes Kevin Garnett se había convertido en el primer jugador desde 1975 en ser drafteado directamente desde el instituto. Tampoco pisó la universidad un imberbe Kobe Bryant cuando aún con 17 años fue seleccionado con el número 13 del 96 por los Charlotte Hornets. Inmediatamente y en lo que el paso del tiempo acabó definiendo como una jugada maestra, Jerry West traspasó a Vlade Divac a Charlotte para abrirle las puertas de los Lakers. El equipo de su infancia se convertiría en su casa durante las 20 temporadas de su carrera profesional. Sin embargo, los Celtics llegaron a plantearse seriamente su elección como número 6.

Tal y como detallaba en un magnífico artículo de Baxter Holmes en ESPN fechado a finales de 2015, Red Auerbach (leyenda absoluta de unos orgullosos verdes a los que les dio desde la banda o los despachos 16 de los 17 anillos de su historia) declaró tras ver vídeos del joven Kobe y echar un vistazo al muy favorable informe que Rick Weitzman, el jefe de scouting de los Celtics, había preparado. “Creo que ese chico va a ser un pedazo jugador. Pero no sabemos qué puede pasar. Parece estar hecho, pero es un chico de instituto. Debes tomar tu decisión basándote en lo que el equipo necesita en el presente. Pero insisto, es un jugadorazo”. El por entonces presidente de los Celtics le hablaba a M.L. Carr, entrenador jefe y director de operaciones de baloncesto de la franquicia.

En uno de sus peores momentos de la historia, Kobe llegó a entrenar para la franquicia verde en uno de las habituales sesiones de entrenamiento previas al draft que los novatos realizan con las franquicias para demostrar sus habilidades. Fue allí cuando el escolta tuvo su primera toma de contacto con “ese verde ‘celtic” que tan en mente tuvo durante toda su carrera. No en vano, no esconde que su quinto y último anillo (el de 2010) “fue el más dulce” por la forma en la que llegó y el rival ante el que se consiguió, los mismos Celtics que dos años antes derrotaron a sus Lakers en la batalla final.

Si cerrabas los ojos y te parabas a pensar un segundo, podrías llegar a creer que en realidad estabas viendo jugar a Michael Jordan. Hizo todo bien. Estuvo excepcional. De hecho, llegamos a comentar lo mucho que de Jordan había en él”, explicaba lustros después de aquel entrenamiento en la primavera del 96 el entonces general manager de los de Massachusetts, Jan Volk. Kobe no sólo impresionó a la directiva y cuerpo técnico sobre el parqué, sino que también por su forma de ser y conocimiento de la NBA. “No sabéis todo lo que he estudiado a Larry Bird”, llegó a decirles. “Nos encantó, pero, desafortunadamente, no podíamos permitirnos el lujo de esperar”, se justifica Volk.

Finalmente, tras mucho meditarlo, decidieron apostar sobre seguro. Por Antoine Walker, uno de los llamados 'Súper 6 del 96' junto a Allen Iverson, Marcus Camby, Shareef Abdur-Rahim, Stephon Marbury y Ray Allen. “Nos miramos a los ojos (explica Carr). Sabíamos que existía la posibilidad de que Kobe acabara siendo tan bueno como pensábamos y nos destrozara. Lo sabíamos”. No se equivocaron.

Tampoco Red Auerbach al presagiarle el cielo como horizonte. Unos elogios que le dedicó que no llegaron a los oídos de Kobe hasta el último curso de su exitosa trayectoria. “Es una de las historias más jodidamente deslumbrantes que he escuchado. ¡Crecí viéndole y leyendo sus libros y ni siquiera sabía que llegó a saber quién era yo aquellos días!"