MOVISTAR ESTUDIANTES 81 - RIO NATURA MONBUS 73

El Estudiantes aprende a ganar sin la versión MVP de Jackson

El equipo madrileño venció al Obradoiro con 'solo' 19 puntos del escolta francés. Los colegiales suman ya 7 victorias; los gallegos, séptima derrota seguida.

Madrid
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Era un partido clave para que el Movistar Estudiantes decidiese cómo iba a afrontar el resto de temporada y los madrileños lo tienen claro: mirar hacia arriba. Vencieron al Obradoiro (81-73) con solvencia, control total (bueno, algún nervio típico de la casa al final) y sin necesidad de una versión superlativa de Edwin Jackson, que se quedó por debajo de los 20 puntos (19) después de tres partidos seguidos. No era necesario más. El equipo funcionó del primero al último. Los colegiales, con este triunfo suman ya siete victorias en 19 jornadas ligueras. El pasado año alcanzaron esa cifra en 27. Casi nada. Los gallegos, por contra, empiezan a estar desahuciados: solo cuatro victorias, siete derrotas consecutivas. Penúltimos.

Un ciclón se desató en los primeros minutos. El MVP Jackson operó como un francotirador. Encadenó dos triples seguidos (más dos tiros libres), estratosféricos, para dar un aviso al Obradroiro: 'Sois mi presa'. Sin embargo, los gallegos se rebelaron. No están para dejarse nada. Mucha temporada recorrida, muchas derrotas, muchas seguidas. La soga aprieta, aunque aún no ahoga. Y se nota. La impaciencia corroe sus cuerpos.

A pesar de que McConnelly daba alas comandando un parcial 0-8 en tres minutos (13-4 a 13-12) y que el control sobre Jackson -presión y ayudas- era aceptable, el colapso estaba cerca. Las ventajas colegiales en los segundos 10 minutos avanzaban lentas, pero constantes: 10 (32-22), 11 (38-27), 13 (40-27), 14 (43-29). Tirones muy fuertes con Arteaga como faro en la zona y Wilson como un rayo en la penetración. Pérdidas y errores infantiles, desconexiones defensivas, inconsistencia desde el triple (10/28)... conceptos claves que se diluían y hundían al Obra. Sólo cinco tantos seguidos de Dulkys (con un mate genial en la ecuación) evitaban la ruptura total al descanso (43-32).

La herida se hizo más profunda a la vuelta de los vestuarios. Era inevitable. Cuestión de confianza. Arriba y abajo. Con Suton muy recuperado para la causa, el Estu encontraba paz defensiva. Los pívots visitantes chocaban contra un muro y, de rebote, Jackson enlazaba cinco seguidos para una máxima (55-40, min. 4:24), que aumentó Wilson (63-47). Set y partido que solo hizo del último cuarto una sucesión tiras y aflojas que el Estu supo solventer para dar otra alegría a la grada. Son siete. Una liberación.