Un tremendo primer tiempo le bastó esta noche al Herbalife Gran Canaria para conseguir su 8ª victoria del curso. El Baskonia, tan desconocido como impotente en esos primeros 20 minutos, se llegó a acercar a 6 puntos en el segundo periodo, pero ni siquiera se ahogó en la orilla, sino mucha antes. Casi desde el salto inicial.

Amarillo como siempre, más tractor que nunca. Así se comportó el Herbalife Gran Canaria en la primera parte, tan pequeño como parecía el Baskonia, cortocircuitado en ataque, impotente en defensa ante el caudal ofensivo insular. El primer golpe insular, doloroso como el que más, fue directo al mentón alavés, y un 11-1 culminado con mate de Pasecniks en menos de cinco minutos obligó a Sito Alonso a pedir tiempo muerto. De nada sirvió la bronca a sus pupilos, pues acto seguido se sucedieron dos bandejas en solitario de McCalebb, que durante el primer tiempo regresó por momentos a su mejor nivel de siempre, aquel que deslumbró a media Europa, más una posesión visitante sin consumir el tiro, y ese 15-1 inicial echaba pimienta a los ojos de un imponente Baskonia.

Por entonces ya se había producido el regreso de Prigioni a la ACB 4 años después, mas no surtió efecto en absoluto para los suyos debido a dos tempraneras faltas y la consiguiente visita al banquillo. De no ser por Budinger, con 5 puntos en el primer cuarto, el ridículo vasco hubiera alcanzado dimensiones épicas, toda vez que solo le acompañó Tillie para darle forma a ese 22-6 al acabar los 10 minutos iniciales.

Oliver y Aguilar pusieron la ventaja del Herbalife en +20, 26-6, y tuvo que ser Larkin quien cortara un parcial de 8-0 y la consiguiente hemorragia para su equipo. Encontraban los locales respuestas para todo, a cual más contundente, y si el Baskonia se ‘acercaba’ con un 0-6, 31-16, Báez fusilaba desde el 6,75 para darle al Granca otro +20, 36-16. Al descanso apenas pudieron los pupilos de Sito Alonso maquillar el marcador, 40-24, y todo por una falta más que discutible de McCalebb sobre el propio Larkin, quien echara el telón del primer tiempo con tres tiros libres y el reloj prácticamente a cero.

Atasco.

En la segunda parte se vivió en un atasco casi permanente por parte de ambos equipos. Bien es cierto que el Baskonia pudo por fin llenar de minas el camino del Granca hacia su canasta, y un rápido parcial de 3-11, sellado con un triple de Beaubois, hizo que esta vez fuera Casimiro que detuviera el partido por culpa de ese peligroso 43-37. Un 2+1 de Kuric insuflaba aire en los pulmones amarillos, 49-40 y, vista la tendencia, la resolución quedaba pendiente del último cuarto, pues la formación alavesa igualó fuerzas tras el descanso con un parcial global de 10-18 para el 50-42.

Que la primera canasta de Hendrix inaugurara el periodo decisivo para el Herbalife, 52-44, no debe borrar su excelente trabajo, especialmente en la protección de su propio aro. Poco, o nada, fluía el juego hasta el pique de triples entre Beaubois (2) y Aguilar (1) que dejaba todo como estaba, 61-52. Un último esfuerzo de Larkin acercó a los suyos, 63-57, pero recibió idéntica respuesta de Kuric, 66-57. El Gran Canaria supo entonces defender una ventaja que se había labrado en los 35 minutos anteriores, haciendo estériles los intentos baskonistas de remontada. Un antideportiva de Hanga sobre Pasecniks dejó las cosas en 74-61 y a la entidad amarilla más cerca de la Copa del Rey. El Baskonia, cansado tras jugar en Atenas, fue víctima de un primer cuarto infame, tanto que le fue imposible remontar. Quien mal empieza…