ESTRELLA ROJA 82 - REAL MADRID 70
El Madrid no gana fuera: cuarta derrota en cinco salidas
Como ante el Darussafaka, pésima actuación en un escenario difícil. Superado en defensa por un crecido Estrella Roja y sin ideas en ataque. Taylor, 25 puntos y 7 triples.Madrid-Bilbao: Liga Endesa
Quinta derrota del Madrid en la Euroliga. La cuarta en sus cinco últimas salidas, la tercera consecutiva. Ante el CSKA y el Fenerbahçe había dado la cara, pero este jueves en Belgrado firmó una pésima actuación. Como ante el Darussafaka la semana pasada. Del peor partido de la temporada a uno que se le pareció mucho. Desarbolado por la energía del Pionir, del Estrella Roja y de su entregada afición. Siempre a contracorriente, como el que lee en clase y va una línea por detrás, incapaz de agruparse y entender la magnitud del desafío. Un déficit de atención multiplicado por encarar dos partidos y un viaje en 48 horas.
Un Real, seguimos, condicionado por el rebote, las faltas de ataque y las pérdidas (14). Carente de los mecanismos habituales del grupo, con nula circulación de balón y Llull a la heroica, desde muy pronto y en exceso. Bien en algunas entradas y horroroso en los triples (0 de 6), la mayoría lejanos y muy forzados. Sus compañeros le copiaron, efecto contagio. El desenlace de unos ataques que no iban más allá del primer pase. El desacierto, por supuesto, lo exacerbó todo. Hizo la madeja más espesa.
Los números cantan: Doncic embocó el primer triple, un fantástico Taylor añadió 7 de 10 y lo que queda es un paupérrimo 0 de 16. Muy difícil de igualar. Se notaron las bajas de Rudy (había sido padre unas horas antes y se quedó en Madrid) y del lesionado Maciulis. Por el camino Doncic se dañó un tobillo y dijo adiós ovacionado por la grada serbia.
En ese mar de la espesura Ayón fue a veces el clavo ardiendo creativo: 7 asistencias, pasador como último recurso. Y en medio de todo, Jeff Taylor. Su mejor actuación ofensiva en curso y medio, 25 puntos y mucho aplomo. Un oasis en el desierto frente a un Estrella Roja en comunión perfecta, con destellos de talento joven (Marko Guduric), un gigante que hizo pupa (Ognjen Kuzmic) y un veterano en forma al mando de las operaciones (Marko Simonovic).
Al Pionir le faltaron oficialmente dos personas para exhibir el cartel de sin asientos vacíos, aunque no cabía ni el canto de un folio. Séptimo lleno consecutivo del equipo blanco a domicilio. La sala Nikolic empujó y empujó para lanzar al Estrella Roja hasta los 43 puntos al descanso cuando solo el Barça anota menos en toda la Euroliga. El duelo ajustado se rompió con un parcial local de 14-0 en el segundo cuarto. Del 22-25 al 36-25. Luego, los de Laso llegaron a ponerse a tiro de tres dos veces (45-42 y 50-47). Pero cada ofensiva del Madrid era de las de sudor frío y se descolgó pronto. Había vuelto Randolph, pero no fue un factor desequilibrante. No en un hábitat tan viciado.
Ahora toca desquite o herida abierta: jueves 29, Estambul, el Anadolu Efes de Perasovic. De nuevo Turquía, sí. Tercera visita del mes.