Pau supera a Ricky y sus Spurs rozan el récord de los Warriors
El equipo de Gasol está a un triunfo de igualar el mejor inicio de la historia a domicilio. Mal partido de Ricky para unos Wolves mediocres.
Hace casi un año (12 de diciembre de 2015) unos Warriors que habían comenzado la temporada 24-0 cayeron, agotados (las clásicas derrotas de calendario) en Milwaukee. En ese tramo histórico establecieron el mejor inicio de siempre total… y a domicilio: 14 victorias seguidas. Ahora San Antonio Spurs, en el año I sin Tim Duncan (territorio desconocido) están 13-0 fuera del AT&T Center. Mañana, en Chicago, pueden igualar la marca de los de Steve Kerr y ser (atrás han quedado ya los Knicks 1969-70) el segundo equipo (de 1.454 en la historia) que logra ese 14-0. Después, en Phoenix (el próximo jueves) podrían quedarse solos con el 15-0...
Se suele hablar de cultura para referirse a los Spurs y mucho de eso hay en lo que en realidad es un milagro en constante movimiento. Aunque después, como en las dos últimas temporadas, no sea suficiente en playoffs (nadie gana el premio gordo siempre, por otro lado) la estabilidad implacable de los Spurs parece aceptarlo todo: rotaciones, descansos, lesiones, cambios en el quinteto… o la ausencia para siempre del mejor ala-pívot de la historia y el jugador que personificaba finalmente a este equipo y, por lo tanto, a esa cultura. Al menos quedan el mentor, Gregg Popovich, y el discípulo, Kawhi Leonard.
Si hay una noche en la que la retórica de la cultura es aplicable fue en este funcionarial 91-105 en Minnesota ante unos Wolves contra los que suman ocho victorias en sus últimos ocho enfrentamientos y a los que pastorearon durante un partido que fue en realidad pura lucha de clases. O de culturas: si los Spurs solo saben acumular triunfos, casi por inercia, los Wolves no se enderezan nunca. El equipo que no juega playoffs desde 2004, el del grupo joven y prometedor que no rompe. Tampoco por ahora con Thibodeau y ojo: lo que no rompe, al final se rompe. Total: 18-4 los Spurs y 6-15 los Wolves.
Minnesota abrió una pequeña brecha en el primer cuarto (15-5) mientras Pau Gasol y LaMarcus Aldridge fallaban todo lo que tiraban. Los Spurs fueron cosiendo el remendón lentamente, tomándose todo el primer tiempo para, silbando, sacar medidas y patrones. Y el tercer cuarto para coser el traje. Ahí Kawhi, con diez puntos sin fallo, puso ese 13-0 a buen recaudo. Sin flashes ni fuegos de artificio: 31 puntos con 15 tiros (11/15). Sin (otra vez, ahora una contusión en la rodilla) Tony Parker, Laprovittola fue titular y cumplió (10 puntos) pero los que lanzaron el backcourt desde el banquillo fueron Patty Mills (15 puntos) y Kyle Anderson (11, 6 rebotes y 4 asistencias). LaMarcus se qeudó en 6 puntos y Pau Gasol terminó (26 minutos) con 11 y 7 rebotes en 26 minutos. Funcionarial: cultura.
En los Wolves, Thibodeau jugó con nueve y nadie en su quinteto bajó de los 31 minutos que en los Spurs solo superó ese Kawhi del que ni siquiera sabemos con certeza si es humano (el tamaño de sus manos nos invita a pensar que no). Los que mejor tiraron fueron LaVine (25 puntos, 9/16) y Dieng (16, 7/9), además de (por fin) el rookie Kris Dunn (6/7 y 15 puntos, el tope de una carrera por ahora, acaba de comenzar, ligeramente decepcionante). Pero Wiggins y Towns (14 rebotes y 4 asistencias el pívot, al menos) se quedaron en once puntos por cabeza con 28 tiros entre los dos. Y Ricky Rubio firmó un 2/9 (0/3 en triples tras el de Charlotte) para 4 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias. Un partido muy poco inspirador en una temporada muy poco inspiradora en la que están desapareciendo algunas de las que seguían siendo, a pesar de todo, indiscutibles virtudes marca de la casa. Ricky promedia 6,5 puntos (el mínimo de su carrera es 9,5 en la 2013-14), 6,7 asistencias (nunca ha bajado de 7,3: 2012-13) y 3,8 rebotes (4 en esa 12-13). Y está también en sus peores cifras en tiro: 35% de campo, por debajo del 36,8 de su carrera… y 25% en triples (31% total). No, las cosas desde luego no van bien. Nada bien.