Pachulia y su baile 'silencian' los abucheos a Durant en Boston
Los Warriors arrasaron a los Celtics tras el descanso con un parcial de 3-24. El partido estuvo marcado por el hostil recibimiento del Garden a KD.
Sin grandes alardes, los Warriors asaltaron el TD Garden (88-104) para encadenar su sexto triunfo consecutivo. Bastó con un parcial de 3-24 tras el descanso (9-31 en el global del tercer cuarto) para tumbar a unos Celtics sin respuesta ante ese torrente ofensivo que son los californianos. Sin necesidad de forzar el motor, y con ratitos a cuentagotas de su mejor baloncesto, Golden State continúa con su crecimiento. Los de Steve Kerr realizaron su mejor actuación defensiva en lo que llevamos de curso (segundo partido en el que dejan a su rival por debajo de los 100 puntos en 12 partidos) en una noche marcada por el hostil recibimiento de Boston a Kevin Durant. La afición de los Warriors no perdonó al alero que se decantase el último verano por los subcampeones, dando así plantón a su propio equipo. "Me voy sin ningún rencor. Todavía siento amor por Boston. Su afición es una de las mejores de la NBA. Hicieron lo que tienen que hacer", comentaría después el alero, quien masacró a los verdes con sus 23 puntos, 10 rebotes, 7 asistencias, 3 robos y un tapón para un +32 para los suyos con él en cancha. Imparable. Da igual estuviera enfrente. Si le defendía Bradley, uno de los mejores stoppers de la Liga, KD se limitaba a sacar partido de su ventaja física: "Tiraba por encima suya".
A medida que el partido transcurría, los abucheos fueron tornándose contra los locales. Gritos que paradójicamente se encargó de 'silenciar' Zaza Pachulia (12 rebotes en 16 minutos). Con el encuentro ya decidido mediado el tercer acto, el pívot georgiano anotó libre de marca un tiro de cinco metros que puso el +28 en el marcador (51-79). Acto seguido y sin moverse del sitio, se marcó un bailecito mirando a Durant que hizo que toda la ira de la grada se volviese en su contra. Según parece, trató de imitar los contoneos de KD en Toronto dos noches antes. ¿Falta de respeto? Quizá su gesto sobraba... lo que no quita que hayamos presenciado una de las celebraciones más bizarras de los últimos tiempos en la NBA (y en el mundo del deporte). Va a costar olvidar la imagen de Pachulia subiéndose a su poni imaginario.
En una noche gris de Stephen Curry (pese a que acabó con 16 tantos y 7 asistencias), Klay Thompson (28+5+3), Draymond Green (de nuevo rozando el triple-doble: 11+8+8) y el propio Durant fueron demasiado para unos Celtics que volvieron a no poder contar con Al Horford y Jae Crowder. Bajas a las que muy probablemente su unirá la de Marcus Smart (tobillo izquierdo, aunque no es nada preocupante). Avery Bradley (17+10) e Isaiah Thomas, quien rompió su racha de partidos consecutivos con el menos 20 puntos tras quedarse en 18, poco pudieron hacer para evitar el desastre. Los Celtics siguen sin despegar este curso (6-6) y volvieron a verse superados en el rebote (43-50) ante un rival que, precisamente, no destaca en este faceta del juego. Añádanle los 5 balones perdidos y el 2-17 en tiros durante el tercer cuarto. "Son un equipo realmente bueno. Todos los sabemos. Pero no podemos tener sequías de esa magnitud. Ante un equipo capaz de producir parciales escandalosos en un visto y no visto, estar seis ataques sin anotar te mata", resumió Stevens. Fácil decirlo. Pero, ¿cómo evitarlo?
Catarata de marcas
Con la mejora (lenta, pero firme) de los Warriors, el reguero de datos vuelve a acumularse tras cada partido que juegan. Lo que empieza a recordar al año pasado. Por ejemplo, repartieron 33 asistencias en un total de 44 canastas. Son seis los duelos consecutivos —todo triunfos— alcanzando la treintena, ocho en lo que llevamos de campaña. Además, la franquicia de Oakland sumó su victoria número 2.600 en Regular Season, convirtiéndose en el séptimo equipo de la historia en lograrlo. 150 de las cuales han llegado con Steve Kerr en el banquillo. Nunca antes nadie necesitó menos encuentros que él (176) para alcanzar dicha marca de triunfos. Triunfo que, por cierto, supone el cuarto seguido de Golden State en Boston. ¿Adivinan qué? Es su mejor racha como visitante ante el equipo más laureado de la NBA. Próxima parada, y seguramente cita con más récords, esta misma madrugada en Milwaukee. En la cancha de los Bucks pusieron fin al mejor inicio de siempre en la NBA (24-0) el curso pasado, donde llegaron exhaustos tras ganar, precisamente la noche anterior, en Boston tras una doble prórroga. Aunque hoy no hubo color.