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BARCELONA LASSA

Koponen: "El accidente me abrió los ojos: me cambió la vida"

El base, que sufrió un accidente de coche en el que sufrió un traumatismo craneoencefálico, reconoce que ahora disfruta "de los pequeños placeres".

Petteri Koponen.
FC Barcelona

Petteri Koponen recuerda en una entrevista de la Euroliga el accidente de tráfico que sufrió y que le provocó un traumatismo craneoencefálico. "Siempre piensas en lo que te puede suceder en la cancha, pero las cosas malas también ocurren fuera de ella. Fue de locos: estuve cuatro años en Moscú, donde el tráfico es terrible y nunca pensé qué me pudiera pasar algo así. Entonces llego a Barcelona y me ocurre nada más llegar", explica el base. Un coche, que escapaba de un control de alcoholemia, chocó con el taxi en el que Koponen se dirigía a casa. "Después del accidente veo las cosas un poco diferentes, porque nosotros somos realmente afortunados de poder jugar al baloncesto y dedicarnos a lo que más nos gusta. Me abrió los ojos. Durante un mes no pude hacer nada, sólo tumbarme y quedarme en la cama. Cuando me levantaba, me sentía mareado y tenía que esperar a que los síntomas desaparecieran. Al principio no sabíamos cuánto iba a durar: un mes, tres meses... Me sentía asustado, pero ahora estoy contento de haber vuelto y ayudar a mi equipo".

El base, que volvió a jugar 40 días después del accidente (frente al Bamberg en la Euroliga), reconoce que, durante el tiempo que estuvo de baja, los mensajes fueron un gran apoyo. "Durante las tres primeras semanas no me permitían utilizar el móvil ni ver la televisión. Era bastante aburrido: me quedaba tumbado sin hacer nada. Después de eso, mi futura mujer Lisa me leyó todos aquellos mensajes y vi el apoyo que recibía. El Barça hizo una camiseta especial en la que ponía "Buena suerte, Petteri" en finés, Rice puso mi firma en sus zapatillas. Todas esos pequeños detalles significan mucho para mí".

Koponen quiere sacar el lado positivo de su convalecencia. "Después de que te pase así, ves las cosas de un modo diferente y aprecias todo más. Es fácil olvidar lo afortunado que es uno y dejar de apreciar las pequeñas cosas: los entrenamientos, el ser capaz de hacer lo que gusta... Todo puede cambiar muy rápido. Nunca piensas que algo así te puede ocurrir. Eso te enseña a que hay que disfrutar cada momento".