No hay manera: los Sixers de Sergio no dejan de perder
0-4 este año, 203 derrotas en los últimos 250 partidos, 42 seguidas en octubre y noviembre... los Sixers no levantan cabeza.
No hay manera: los Sixers siguen perdiendo, lo que se ha convertido ya en un hábito hacia el que casi ni se vuelve la vista en la NBA: desde que comenzó la temporada 2013-14 han jugado 250 partidos: 47 victorias y 203 derrotas, cuatro de ellas en cuatro encuentros del actual curso (0-4) en el que los de Pensilvania vuelven a parecer el peor equipo de la competición. También con Sergio Rodríguez a bordo. El español todavía no sabe lo que es ganar desde su regreso y su última victoria en liga se sigue remontando al 12 de abril de 2010, cuando jugaba en los Knicks (114-103 a los Wizards, anotó 12 puntos en 18 minutos).
Sergio al menos sigue haciendo números, esta vez 10 puntos y 5 asistencias para dejar sus promedios, como base titular, en 12+7,5. En Charlotte, y en un partido marcado por el terrible segundo tiempo de su equipo, anotó tres triples (3/7) y perdió 4 balones. Y puso un tapón a Kidd-Gilchrist en el primer cuarto: el décimo en sus 292 partidos en la NBA.
Los Sixers, claro, se parecen muy poco a lo que imaginaban sus aficionados al final de ese túnel de derrotas orquestadas y picks altos de draft amasados al que se vino a llamar The Process (el proceso): el número 1 de la última generación rookie, Ben Simmons, está fuera de las pistas por una grave lesión en un pie. El seis de 2013, Nerlens Noel, también está lesionado y más pendiente de salir traspasado que de otra cosa, en un juego interior en el que tienen los minutos restringidos Joel Embiid (número 3 en 2014 que no jugó en Charlotte por ser segunda noche de un back to back) y Jahlil Okafor (3 de 2015), que transmite un aroma a decepción que quizá solo tenga cura con, una vez más, un traspaso. El ex de Duke (12 puntos y 5 rebotes) trata de esforzarse y coger más rebotes de los que acostumbra, al menos para quitarse el sambenito, pero ese no es su fuerte. Tampoco la defensa, ni por intensidad física ni por conceptos. Y tampoco la visión de juego, asunto en el que ha dado pasos hacia atrás desde sus tiempos en la universidad. Su talento como anotador al poste parece un fundamento cada vez menor para sostener una carrera. Una de gran estrella al menos.
Así que los Sixers vuelven a ir pasando partidos, acumulando derrotas y viendo desfilar a jugadores. Esta vez debutó Ersan Ilyasova, recién traspasado desde OKC, y lo hizo con buenos minutos: 14 puntos (9 en el primer tiempo) y tres rebotes con las cosas que él tiene y su equipo no: veteranía, tiro exterior… Como una noche antes contra Orlando, el equipo de Brett Brown jugó un buen primer tiempo pero salió zombie del vestuario: esta vez, de un 46-53 a un parcial de 16-2 y 39-20 total en el tercer cuarto, con Nico Batum anotando en esos doce minutos 17 puntos: 6/8 en tiros para el francés, 16/22 para los Hornets en ese tramo que sentenció el partido. Los Hornets tiraron en un 33% en la primera parte y acabaron el partido (109-93 final) en torno al 50%... y sin rival: están 3-1 y volverán a estar en la pomada de los playoffs.
Sin Hibbert ni Jeremy Lamb, el mejor partido de Batum (20 puntos, 7 rebotes, 4 asistencias) desde que firmó su contrato de 120 millones tuvo el acompañamiento habitual de Kemba Walker (22+4+7) y la participación de Kaminsky, Williams, Zeller… En los Sixers, Saric acabó con 14 puntos y 7 rebotes y Covington, por ejemplo, con 6 y un 2/9 en tiros que le deja en lo que va de temporada (ha jugado dos partidos) en 2/15 en tiros. Por ejemplo. Y los Sixers llevan 42 derrotas seguidas en partidos jugados en octubre y noviembre (el récord estaba en 20, de los Grizzlies cuando todavía estaban en Vancouver), todos desde el 22 de noviembre de 2013 (115-107 a Milwaukee). La temporada 2014-15 comenzó 0-17, la 2015-16, 0-18. Esta va 0-4. Por ahora…