Bertomeu, contra la FIBA: “Vivimos una situación paranoica”
“Se producen amenazas al mismo tiempo que hablamos”, denuncia el presidente de la Euroliga. Reconoce que no pueden competir contra los salarios de la NBA.
Jordi Bertomeu, presidente de la Euroliga, atendió a AS y a otros medios españoles en Estambul tras el acto de presentación de la Final Four 2017 (al que acudió, entre otros, Turgay Demirel —presidente de FIBA Europa—). El dirigente repasó la actual situación del baloncesto de clubes en Europa y volvió a mostrarse crítico con la FIBA.
—Mencionaba en la presentación, que esta es una temporada histórica para el baloncesto y el deporte europeos. ¿Se ha alcanzado ya ese sueño de conseguir una liga europea de clubes plena o aún hay que seguir trabajando sobre este proyecto?
—Hemos dado pasos. Si uno analiza los cambios realizados en la competición en los últimos diez años todos van en una misma dirección. Ahora que ya estamos aquí, toca hacerlo bien. Aunque sea nuestra obligación no se puede pensar que en el primer año salga todo perfecto. Debemos ayudar a entender a los aficionados el cambio cultural que supone tener una liga regular de 30 jornadas. Nos ayudará mucho tener cada semana a los mejores equipos en cada pabellón. Esa es nuestra principal herramienta.
—¿Es trasladar la competición al fin de semana el siguiente paso?
—Por ahora no es un proyecto que tenemos en mente. Ni siquiera lo hemos analizado, así que no estamos ni seguros de si sería bueno para nosotros. Hemos reducido los equipos a 16 para que haya compatibilidad con las ligas domésticas. La prioridad en dos o tres años es la de expandir el número de equipos. Ese sería el siguiente paso a dar, pero ahora estamos centrados en empezar bien.
—Tras el retiro de varios clubes hace unos días de la Eurocup, competición gestionada también por la Euroliga, díganos: ¿en qué estado se encuentran las relaciones con la FIBA?
—En una situación de diálogo. Me gustaría que estas conversaciones llevaran a algo positivo, pero mientras hablamos se continúan haciendo amenazas a clubes y federaciones, como hoy mismo está ocurriendo aquí en Turquía. Vivimos una situación paranoica: se producen amenazas al mismo tiempo que hablamos. Espero que la Comisión Europea tome una decisión en los próximos días que garantice que esto es absolutamente inaceptable. Es evidente que será así. Ya tuvimos que ir a los tribunales cuando se amenazó a la Selección española y a Lituania con quedarse fuera de los Juegos Olímpicos. Nadie los defendió: ni la Federación española (FEB) ni la lituana. Fuimos nosotros, la Euroliga, quienes lo hicimos. Marcamos un hito. Gracias a ello ya se conoce que no se puede sancionar a las selecciones nacionales al haber un juez que ya dijo que esto era ilegal. Si los demás no lo hacen, lo haremos nosotros.
—Ya que menciona a la FEB, ¿cuál es el trato con esta institución tras la elección de su nuevo presidente, Jorge Garbajosa?
—Le conozco desde hace muchos años, pero más allá del mensaje institucional de enhorabuena no he tenido la oportunidad de hablar con él. Espero que llegue pronto y que las relaciones sean buenas. No tengo la percepción de que fueran malas antes, pero sí que con la llegada de una persona nueva vengan también nuevas ideas. Eso es lo que espero.
—El músculo financiero de la NBA cada vez atrae a más jugadores al otro lado del Atlántico. ¿Cómo ven los clubes esta situación?
—Es evidente que el impacto del salary cap sobre las ligas europeas es muy grande. Pero también es cierto que cuando un jugador entra, otro se va. Lamento que se hayan ido algunos muy importantes, pero al mismo tiempo me congratulo de que jugadores que todo el mundo decía que se iban a marchar se hayan quedado: el CSKA y el Fenerbahçe han mantenido su plantilla, el Madrid, aunque sea significativa, sólo ha sufrido una baja… La realidad es que la NBA tiene la obligación de ofrecer más dinero y paga a un jugador tres veces más que su valor en el mercado europeo. Es algo contra lo que uno no puede competir. Si un jugador, estando muy bien pagado, aquí gana dos millones de euros y allí ocho, entiendo perfectamente que se vaya aunque no valga esos ocho millones. No se puede impedir. Y si, además, la FIBA no hace nada para impedirlo y no pone ni una medida de protección… Lo que nos queda hacer entonces es seguir trabajando y sacando jugadores. Es más, este curso tengo la impresión de que la Euroliga no ha perdido nivel respecto al anterior. No hay una solución para esto porque no se puede competir contra los salarios de la NBA. Es el mismo caso que el Real Madrid y el Barcelona de fútbol cuando fichan a los mejores jugadores del mundo.
—¿Sería una solución aumentar las cláusulas de rescisión?
—Este mes de septiembre ya hemos tenido una reunión monográfica con los clubes para discutir este asunto. Buscamos estrategias que minimicen la fuga de jugadores y de aquí a Navidad seguiremos viendo estrategias que tengan sentido para reducir este impacto.
—También están ya trabajando para reducir o, al menos, no airear los conflictos entre los clubes de la competición...
—Nosotros creemos que entre los clubes se establecen y construyen relaciones más allá de la pista. Allí compiten, pero fuera son accionistas de la misma compañía (la ECA, la empresa matriz de la Euroliga). No tiene sentido entonces que se peleen por un jugador o entrenador, así que para ello hemos establecido una propuesta de resolver, en la medida de lo posible, los conflictos de forma interna. Algo así hicimos en la ACB cuando yo formaba parte de ella y fue muy bien. Fuera del campo no se puede estar litigando.