BALONCESTO | SERBIA - ESTADOS UNIDOS

La revolución de Djordjevic contra el legado de Krzyzewski

EE UU persigue el tercer oro consecutivo en los Juegos. Serbia, con moral, estuvo a punto de forzar la prórroga en la primera fase. Coach K dice adiós. Se repite la final de Madrid.

Rio de Janeiro
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La revolución de Djordjevic contra el legado de Krzyzewski

Estados Unidos persigue hoy su decimoquinta medalla de oro en unos Juegos, la tercera consecutiva y la sexta desde que los jugadores de la NBA pueden acudir al torneo olímpico (sólo fallaron en Atenas 2004). Sería también, una despedida con honores para Mike Krzyzewski, que dejará el cargo tras la final de este domingo contra Serbia (Carioca Arena, 20:45 horas) después de haber recuperad la admiración del mundo del baloncesto. Coach K convenció a los profesionales estadounidenses hace ya una década que había que empezar a respetar al resto del mundo como primer mandamiento para recuperar el reinado del baloncesto. Es una evidencia que dejará su trabajo habiéndolo conseguido. Estados Unidos acude a cada gran torneo desde Pekín, en 2008, con una evidente profesionalidad y pese a que en Río ha habido episodios de cierta relajación, su equipo ha sacado las uñas cuando lo ha necesitado y ha alcanzado la final con cierta comodidad.

Serbia está de fiesta. Repite final de gran torneo. Ya llegó a la de Madrid en 2014. Aun sin Marjanovic ni Bjelica, ha sido la selección más inteligente del torneo. Se rodó en la primera fase, donde tenía garantizado una plaza entre los cuatro primeros, vio que en el otro grupo no había una selección a la que evitar y creció en los cruces ante Croacia y Australia. En este último se exhibió y, como en la primera fase ante Estados Unidos, demostró todo su talento. El principal, el de Milos Teodosic. A las órdenes de Djordjevic, el base del CSKA se estabiliza mentalmente y añade un punto de concentración al jugador genial que ya es y que resulta una gozada disfrutar. A su lado, Stefan Markovic se ha convertido en su mejor socio. Bajo los aros, Raduljica está excelso y Jokic ya demostró a los pívtos estadounidenses de lo que es capaz. Son días de gloria para los serbios que recuerdan el Mundial de Indianápolis en 2002, cuando fueron capaces de vencer a los profesionales estadounidenses en un partido inolvidable. Y un precedente curioso. En un Mundial Sub-19 en Novi Sad en 2007, Serbia pudo con Estados Unidos. En aquellas selecciones estaban Markovic, Raduljica y Macvan por parte serbia…, y el enorme DeAndre Jordan en los’ yankees’.

En Estados Unidos, mientras, Kevin Durant, que ha funcionado como un reloj suizo durante el campeonato, ha encontrado más socios en los últimos partidos. A los habituales Irving y Carmelo se les han sumado Klay Thompson, excepcional ante España, Kyle Lowry o DeAndre Jordan. Los norteamericanos son ampliamente favoritos en el partido pero la magia con la que Serbia jugó el partido ante Australia y el partido de la primera fase (94-91) en el que estuvo a un triple de Bogdanovic de forzar la prórroga, dejan alguna puerta abierta. Sin embargo, el partido tiene aire de despedida y homenaje con honores a Coach K. Es difícil pensar que sus chicos, que tanto han aprendido de él y tantas tardes tuvieron que escucharle, le vayan a dar un disgusto al final de este gran viaje en el que la próxima parada es Gregg Popovich.