La historia de Suton: de niño refugiado a verdugo del Barça
El vivir en primera persona y durante una década (1990-2000) el horror y las consecuencias de la guerra de Bosnia ha perfilado su carácter como jugador y persona.
Nacido en Sarajevo (Bosnia), con nacionalidad croata y, desde 2006, también estadounidense, Goran Suton, flamante jugador del Movistar Estudiantes, se convirtió en noviembre de 2014 en la nueva estrella de los aficionados del Joventut (club en el que ha permanecido las dos últimas temporadas). Con una canasta a dos segundos para el final se convirtió en héroe de la Penya y 'verdugo' del eterno rival, el Barcelona. Y además, en el Palau Blaugrana (triunfo por 82-83).
Aquella fue la victoria 700 del FIATC Joventut en la liga ACB, pero para los aficionados badaloneses supuso el final de casi nueve años de derrotas consecutivas en el feudo azulgrana —la hasta entonces última se había conseguido el 8 de enero de 2006 (71-76)—.
Además, desde la última victoria de la Penya en Badalona, el 18 de octubre de 2007, por 94-73 y hasta dicho encuentro, el Barcelona les había batido en 15 partidos consecutivos (13 en liga regular y dos en playoff). Esa derrota también cortó once meses de victorias azulgranas en liga regular en el Palau.
A sus 30 años (cumplirá 31 el día 11 de este mes), este alero de 2,08 metros y 108 kilos de peso, se formó en Estados Unidos, donde llegó con sus padres como refugiado en el 2000, con sólo 15 años dejando atrás la pesadilla de una de las guerras más cruentas que asoló Europa en los últimos 25 años.
Nació en Sarajevo el seno de un matrimonio mixto formado por Miroslav, un croata católico que vendía productos de odontología, y Zivana serbia cristiana ortodoxa que era farmacéutica, que vivían en una casa de tres pisos y en una situación acomodada.
Para colocarse en situación hay que recordar que durante la guerra de Bosnia (1992-1995) se estima que 250.000 personas murieron y otras 1,8 millones -incluyendo los Suton- fueron expulsados de sus hogares.
Goran tenía seis años y siempre ha recordado el estruendo de las bombas mientras él y sus amigos jugaba al fútbol y cómo la guerra destrozó la vida cómoda de su familia. A su madre Zivana siempre le quedará grabada una fecha: el 1 de mayo de 1992. Ese día ella y su marido tomaron la decisión de que sus hijos Goran y Darijan tenían que irse de Sarajevo. Subieron a un pequeño coche y atravesaron por medio del fuego cruzado entre serbios y bosnios y su padre, que se quedaría en la ciudad, les llevó al aeropuerto a las siete de la mañana, esperando un avión que no salía hasta las siete de la tarde.
La gente vivió allí momentos de desesperación. Era el último avión que iba a salir de Sarajevo y cuando finalmente llegó, todo el mundo corrió hacia él para conseguir un lugar. Era un avión militar sin asientos y todo el mundo se tiró al suelo, aplastándose unos a otros, de la carlinga para evitar ser blanco de los francotiradores
La familia viajó a Belgrado (Serbia), y se instaló a unos 160 kilómetros al sur de la ciudad de Gornji Milanovac. Se llevaron solo una maleta, pensando que estarían allí sólo dos semanas y estuvieron casi ocho años.y se instalaron en la ciudad serbia de Gornji Milanovac. Su padre Miroslav seis meses después de su llegada se unió a ellos. Los bombardeos de la OTAN sobre Serbia en 1999 les obligó a volver a Sarajevo donde su padre trató de reconstruir la casa casi totalmente destrozada por la guerra.
La única buena noticia de ese regreso fue que Goran comenzó a jugar al baloncesto, llegando a jugar en la selección de Bosnia Sub-14. La mala noticia fue que minas terrestres estaban escondidas en los campos, y las hierbas de metro y medio de alto que rodeaban la pista de baloncesto que su abuelo les construyó, con un tablero de madera con los nombres de Goran y Darijan grabado en él, en el patio trasero de su casa de la infancia, materialmente destrozada y donde su padre habilito un piso como para que la familia pudiese vivir en ella.
Su abuelo Nikola no les dejaba ir a recoger la pelota si caía en esas hierbas. Él iba con cuidado y recuperaba las pelotas. Meses más tarde llegaron los especialistas de desactivación de minas y marcaron dónde estaban. Algunas de ellas estaban a apenas un metro de donde su abuelo caminó para recoger las pelotas. La familia se encontró con problemas de convivencia porque la hostilidad hacia los matrimonios mixtos se había intensificado, incluso después de que la guerra hubiera terminado en 1995. Su madre Zivana era serbia y cristiana ortodoxa griega. Ella vestía de negro desde que su madre falleció, porque eso es la tradición ortodoxa griega y por eso la gente le escupía a causa de su religión.
El fin de una pesadilla
Ante esa presión sus padres decidieron que era hora de salir de Bosnia y su abuelo decidió quedarse en Sarajevo. Su padre tenía parientes que vivían en Estados Unidos, en Lansing, en el estado de Michigan y le enviaron un mensaje de que era un gran lugar para vivir. La familia vivió un año en Croacia y en el 2000 se trasladaron a Estados Unidos.
En una ocasión Goran comentó que: "El tener experiencias de vida o muerte pueden cambiar su perspectiva, porque te das cuenta de que hay cosas más grandes que el baloncesto. He tenido la suerte de que mis padres trabajaron tan duro para darme lo que necesitaba y que nos unimos como una familia cuando más lo necesitábamos a causa de la guerra"
Goran se matriculó en el Everett High School, el mismo centro en que que Magic Johnson había jugado en la década de 1970 antes de pasar a la Universidad de Michigan. Aprendió rápidamente inglés y se adaptó a las costumbres americanas, llevó a Everett a un campeonato estatal y en 2006 se convirtió en un ciudadano de los Estados Unidos. Pasó a Universidad de Michigan State y ayudó a 'Los Espartanos' a llegar a dos Final Four de la NCAA y se licenció en Enseñanza e Investigación.
Fue elegido con el número 50 del draft de la NBA de 2009 por Utah Jazz, pero fue cortado por el equipo y Suton decidió venir a Europa firmando con el Spartak St. Petersburg de la liga rusa. En la temporada 2010-2011 jugó en el Angelico Biella de Italy y en julio de 2011 fichó con la Cibona Zagreb y ganó el Campeonato de Croacia. En las dos últimas temporadas jugó en el KK Cedevita de Zagreb, para llegar en el verano de 2014 a la liga Endesa de la mano del FIATC Joventut. Ahora, dos años después de su llegada a España, espera también en poder convertirse en el héroe de la afición del Estudiantes.