ESTADOS UNIDOS 80 - VENEZUELA 45
Irving y Cousins amplían la racha tras ganar a Venezuela
En el amistoso del United Center de Chicago el Team USA se quedó lejos de la barrera de los 100 puntos, que sí había superado en los tres partidos anteriores.
No fue bonito, pero sí significativo. El partido que disputaron Venezuela y Estados Unidos ayer en el United Center de Chicago es la muestra perfecta de la superioridad real de un equipo que no necesita estar acertado para destrozar a sus rivales. De hecho, en el manual FIBA de Krzyzewski debe poner en letras rojas y grandes: los partidos los ganamos atrás.
Así llevan jugando los equipos internacionales de EEUU desde aquella embarazosa derrota ante Grecia de la que hace ya casi 10 años (1 de septiembre de 2006, semifinales de un Mundial que se llevaría la Selección). Desde aquel día, la intensidad, el hambre y el orgullo no han dejado que el mejor equipo del panorama internacional se deje un solo partido: 67 victorias consecutivas.
Ayer no entraron los tiros: cuatro de los cinco titulares no llegaron al 50% y el equipo acabó con un 42% en el lanzamiento. Sin embargo, y sea contra Venezuela o contra cualquier otro rival, donde parece imposible doblegar a los norteamericanos es en su propio lado del parqué. Su oponente no llegó en la noche de ayer al 24% de acierto. Y claro, así es imposible competir en un partido de baloncesto.
¿Lo mejor de la noche en Chicago? La presencia de Dwyane Wade, nuevo jugador de los Bulls y doble oro olímpico (2008 y 2012), con toda su familia, la ovación de rigor a Scottie Pippen, leyenda de la Ciudad del Viento y uno de los integrantes del famoso Draem Team de Barcelona 92 (también oro en Atlanta 96), y un mate de DeMar DeRozan que esta vez se dejó el intento de 360 en casa para reventar el aro rival con un tremendo tomahawk.
Los puntos, muy repartidos: Kyrie Irving y Klay Thompson fueron los únicos que pasaron la decena con 13 cada uno.