Con Carlos Arroyo fuera de la rotación como se venía adelantando en las últimas fechas y Pau Ribas como base suplente de Satoransky, el primer cinco inicial de Xavi Pascual en la final fue el más lógico. Al menos, el más experto. Satoransky, Navarro, Perperoglou, Doellman y Tomic. La primera unidad de suplentes, con  Ribas, Oleson Abrines, Samuels y Vezenkov. Todos antes que el puertorriqueño, aparcado junto a Lawal en el banquillo.  El Barça tuvo tres breaks relativos en el partido. 14-4 en el inicio, 69-63 y 82-75 con un arreón de Samuels pero no decidió hasta la bocina con la canasta decisiva de Perperoglou. Este fue el uno a uno del Barça. Entre paréntesis, la valoración de cada uno de los jugadores.

Satoransky (20). Base indiscutible, multiusos. Capaz de dirigir, tirar triples, llevarse a Carroll al poste, robar balones. Asistir y anotar. Tal vez el único puesto en el que el Barça tenga ahora mismo al mejor, o casi, en el continente. Al rival le supone un desgaste constante durante todo el partido

Navarro (8). Desacertadísimo en la primera parte, sin tiro ni ritmo, Oleson le puso más energía. No anotó su primer punto hasta el minuto 24. Metió cuatro libres seguidos y luego un triple que le permitió rehabilitarse. Básico en una acción de dos más uno para colocar al Barça por delante a dos minutos. Pascual se atrevió a dejarlo con Llull en defensa para tener un buen dos contra dos en los últimos minutos. También a dejarle la penúltima acción en la que no pudo con Ayón, que le taponó. En la última, listísimo, amagó y dejó con el molde a Llull, jugó con el tiempo y asistió a Perperoglou. Sus mejores días pasaron, su instinto de genio aún no.

Perperoglou (20). Qué decir del griego, provindencial para dar la puntilla al Madrid. Sabía que no le quedaba tiempo casi ni para respirar y soltó el balón casi desde abajo junto al tablero. Muy versátil, chico casi para todo, sólo tiene un problema. En ocasiones tiene incontinencia para tirar a canasta. A veces abusa de la confianza que tiene sen sus posibilidades aunque no se le puede negar que hace muchas cosas. Provocó una falta antideportiva de Nocioni. Tiene corazón, el que se ha echado de menos al Barça esta temporada,

Doellman (17). Empezó magistral, con tres triples de tres intentos. En los primeros 14 minutos de partido anotó quince puntos. Estuvo brillante desde la línea de tres puntos pero su producción, como desgraciadamente es habitual en días importantes, en la segunda parte se diluyó y se frustró. El Madrid también controló mejor sus tiros.

Tomic (24). Muy utilizado en el primer cuarto por el Barcelona. Para anotar o hacer bloqueos y continuaciones que luego el croata abría a las esquinas para triples de sus compañeros. Muy difícil de defender. Desacertado en el lanzamiento de tiros libres, lo que deslució su condición de jugador franquicia. Aun así, desde su atalaya controló todo el juego del Barcelona. Se juega mucho en esta serie y este miércoles desde luego cumplió.

Samuels (11). Estuvo dubitativo al comienzo, con una pérdida. Pero se rehízo. Ayudó en el rebote defensivo y un dos más uno que significó el 80-75 le dio mucho aire al Barça. No es la mejor temporada del pívot pero están lejos los días en los que aseguró estar jugando “el peor baloncesto de su carrera”. Irregular, un par de pérdidas más le llevaron al banquillo en los minutos finales.

Abrines (6). Apenas una entrada a canasta en la que mostró valor en la primera parte. También le puso coraje en un dos más uno que adelantó al Barça (88-86). Pero estuvo poco protagonista. Sin tiros abiertos ni buenos. De este jugador siempre se pide más.

Pau Ribas (5). Con problemas en otras ocasiones en la lectura del juego estático, estuvo mejor en intangibles que en los números que más se ven. Se esforzó en defensa pero, a día de hoy, Satoransky a día de hoy se come todo. Tanto que Arroyo no compareció en el partido.

Oleson (6). Gustó en su salida, con dos buenas bandejas que ayudaron al Barça a tomar el mando del partido. Pero sufrió con Carroll 

Vezenkov (4). Residual. Anotó un triple importante nada más salir con su zurda de seda pero luego ya no apareció más en el partido.