REAL MADRID 97- VALENCIA 88 (2-0)
Llull desata la tormenta blanca
Apareció cuando el Valencia vencía por 46-50 y anotó cinco triples en los últimos 14 minutos. El Madrid firmó un cuarto final espectacular: 35 puntos y 2-0. Gran duelo Ayón-Dubljevic.
El Madrid celebra ya el 2-0 antes de viajar a Valencia (el martes, el tercero). Látigo en mano no hay fiera que se le resista. De nuevo, como el jueves, 35 puntos para cerrar el último cuarto, la tercera mejor anotación en un parcial en la historia del playoff. Y de nuevo Llull determinante, con Reyes, Ayón y Carroll a un nivel muy alto. Todo bien aliñado en su triunfo 1.000 en la era ACB (playoff y fase regular; 1.496 victorias desde la primera edición liguera). La final anda más cerca para los de Laso, aunque recuerden que el Valencia forzó hace dos años un quinto encuentro tras ganar dos batallas inopinadas en el Palau. Y esta vez juega en casa, en la Fonteta.
El primer partido nos salió algo pocho. Tres cuartos de escasa brillantez y un último magnífico del equipo blanco, aunque sin oposición. Y este segundo duelo llevaba el mismo derrotero. Poco brillo y menos puntos. Batalla sosa, con un Valencia blando y que renunciaba a correr. Ayón infundía pavor: 8 puntos, 3 rebotes y 2 robos en 9:45. La diferencia llegó a los 11 (19-8 y 21-10) y en ese instante Rafa Martínez se hizo daño en la mano izquierda. Con el capitán doliente en el banco, sus compañeros decidieron que había que jugar al baloncesto, al menos intentarlo. Se mantuvieron bien atrás y mejoraron la circulación de balón, lo que les permitió lanzar en buenas posiciones para borrar un prejuicio con bastante base: 2 de 27 en triples en los primeros 50 minutos de la eliminatoria.
Abrió fuego Shurna y le siguieron Vives, Stefansson y otra vez Shurna. Cuatro dianas, un pequeño respiro y dos más de Diot que sacó tajada del combate por la posición entre el abuelo cachas Sato y el niño Doncic (18 años les separan). La batalla fue un crescendo de tensión y juego. Doncic dio paso al descanso clavándola desde Liubliana.
Los mejores momentos de Dubljevic estaban al caer. Colosal su pulso con Ayón, incluso llegó a batirle en el tercer cuarto. Brega permanente, altas dosis de clase al poste y cinco rebotes ofensivos. El Valencia revivía: 46-50. Y entonces surgió imponente Sergio Llull, más o menos a la misma hora que lo había hecho el jueves en el primer asalto. Pasadas las diez de la noche. Cinco bombazos de tres en los últimos 14 minutos desencadenaron primero y agigantaron luego la tormenta blanca. Ya saben, 35 puntos en el cuarto de la verdad.
El Madrid había pasado de marrar 9 de sus 11 primeros lanzamientos desde la línea a exhibir un demoledor 9 de 16. Con Dubljevic sentado y boqueando, Pedro Martínez apostó por un alero como falso pívot. Lucic hizo daño a Reyes, pero el capitán se rehízo. Faltaban diez minutos, poder naranja: 62-63. Llull llevaba dos triples, añadiría tres más, los dos últimos quebraron el ajustado 87-84 y cualquier opción valenciana. Carroll también fue llave del éxito, Sergio Rodríguez creció mucho en la segunda parte y Nocioni se añadió a la fiesta de Reyes y de Ayón. Látigo en mano a un triunfo de la final.