El Barcelona Lassa jugó el martes y el jueves pasado contra el Lokomotiv y mañana vuela a Krasnodar donde el martes repite enfrentamiento, el quinto y definitivo para atrapar el último billete a la Final Four. Regreso y partido aplazado el viernes ante el Baskonia en el Palau (inicialmente era el jueves, por lo que se ha aplazado dos veces), el domingo visita al Bilbao y la siguiente semana, al Valencia, justo antes de la Final Four. Como pueden comprobar este Clásico le coge un pelín a trasmano. A los blancos también, todavía en plena resaca tras su eliminación de la Euroliga. “Tenemos que desconectar rápidamente —afirma Laso— y volver a la realidad de la ACB. En este caso, una realidad dura: un Clásico en Barcelona. Hay que cambiar el chip, no nos vamos de vacaciones­”.

El Madrid ha perdido en sus últimas nueve visitas al Palau en fase regular (no gana desde 2006, con Maljkovic en el banquillo: 66-69 y Rakocevic de estilete encestador con 19 puntos). Y ha perdido también en los tres duelos directos de esta campaña: los dos del Top-16europeo y en el Barclaycard­ Center en la primera vuelta liguera (84-91).

“Aún podemos ser primeros o segundos, queremos luchar”, dice Carroll. Para superar al líder tendrían que vencer hoy por más de siete tantos y esperar luego un doble tropiezo culé. Y no perder más, claro. Queda terreno para eso y mucho más en este final de competición.

Lawal es alta. Thompkins regresa, en lugar de un Rivers dado de baja en la ACB, tras superar un problema en un dedo de un pie. En el Barça­, Doellman entra en sustitución de Dorsey (tobillo). Y vuelve Lawal. El nigeriano llevaba dos meses y una semana lesionado tras romperse el menisco. Clásico incómodo, pero Clásico­ a fin de cuentas.