Los Heat vuelven a golpear y Batum se lesiona: 2-0 y más
Un Dwyane Wade genial lidera a Miami en su segundo triunfo de la primera ronda. Whiteside, 17-19 para empezar su carrera en playoffs.
Spoelstra está ganando todas las batallas: cede donde sabe que puede ceder (Al Jefferson), devuelve cada golpe (Whiteside también las mete) y sus jugadores hacen el resto. La rotación de los Heat ha pasado de imprevisible a maravillosa con el paso de los partidos. Todos cumplen con su rol, el técnico reparte minutos y el pastel sale tan redondo que casi no nos acordamos de que les falta Chris Bosh (ya nos lo recordarán otros rivales). La eliminatoria sufrió un testarazo que podría llegar a ser definitivo en la madrugada del miércoles al jueves: los locales arrasaron batiendo récords (74,4% en la primera mitad, 72 puntos y 29 aciertos), los Hornets no encuentran respuestas y, además, sufrieron la peor de las bajas posibles. Nicolas Batum se hizo un esguince de tobillo y, según comentaron su técnico y su compañero Al Jefferson tras el partido, el jugador podría tener complicado volver a las canchas en esta eliminatoria. Más 2,5-0 que 2-0, por sensaciones, suerte y estadísticas: los equipos que se ponen 2-0 arriba en una serie a siete partidos ganan el 94% de las veces (ESPNStats&Info).
Qué gozada ver a Wade a este nivel. El escolta, tres veces campeón de la NBA, ha superado el uno contra uno que disputaba ante sus propias rodillas y parece listo para unos playoffs largos. No son los 28 puntos (que también) ni las 8 asistencias (que también). Como tampoco son las tres pérdidas (1,5 de media) que ha cometido en los dos primeros partidos (15 pases de canasta). Son todo sensaciones y, ahora mismo, Wade se desliza sobre el parqué casi como en sus mejores días.
Además del gran nivel desplegado por el escolta, los Heat cuentan con tantas armas como el que más. Whiteside se está estrenando en los playoffs con dos orejas por partido (17-19 en los tiros, 8-8 ayer, intimidación y superioridad física), Deng juega hasta de pívot (small ball extremo), Joe Johnson ha entendido su papel (ayuda cuando le toca, pero se mantiene en un segundo plano), Dragic acierta más que falla y los dos rookies son la envidia de toda la Liga. Justise Winslow y Josh Richardson son, desde la humildad y el trabajo, dos joyas versátiles a las que Spoelstra ha ido sacando brillo durante toda la campaña. Dos novatos que juegan 30 minutos de playoffs cada noche y que solo saben sumar: puntos, intensidad, IQ y muchas ganas. Cuidado con estos Heat.