Dallas gana un drama y deja a los Rockets contra las cuerdas
Partido clave en la lucha por los playoffs del Oeste y triunfo muy sufrido de los Mavericks, que aventajan en dos partidos a unos Rockets que lo tienen difícil (38-40 ahora).
Pelea de perros en Texas, y qué pelea. Fue dramático, feo y ajustado al milímetro. Y fue finalmente para el equipo que hace más con menos, el que está mejor entrenado y pone más energía para ganar cada noche. Sin excusas. Los Mavericks ganaron (88-86) a los Rockets, que dieron otro paso en su viaje al infierno: ¿de la final del Oeste a verse fuera de playoffs? Ahora están (38-40) a dos partidos de los Mavs (40-38) y a uno de Utah (39-39). Su ventaja, que les quedan un calendario (Suns, Lakers, Wolves, Kings) que les permite pensar en cuatro triunfos finales, exactamente lo que necesitan. Peor lo tienen, a la espera de esos descansos que tanto alteran el panorama en estos días previos a los playoffs, los propios Mavericks, duelo directo ante los Jazz incluido (Grizzlies, Clippers, Jazz, Spurs).
Los Mavericks llevan cinco triunfos seguidos, jugando casi a su mejor nivel de la temporada sin Parsons ni Deron Williams. En esos cinco triunfo JJ Barea ha sido máximo anotador y asistente (esta vez 27+8 y 5 rebotes). Nowitzki no tuvo un buen día (2/8, 7 puntos) pero la clave estuvo en la defensa, dirigida por Wesley Matthews, que trabajó sobre James Harden y anotó 4 triples (16 puntos, 6 rebotes). Los de Carlisle llevaron el trabajo atrás al límite desde, literalmente, la primera posesión, y acabaron llevándose el partido con un par de acciones claves en su zona: un tapón tremendo de Justin Anderson a Ariza y un robo de balón de Nowitzki a Harden, que penetraba apurado por el trabajo de zapa de Matthews. En ese momento, quedaban cinco segundos, el marcador era 86-85 y Harden tenía en sus manos la victoria. Salió cruz, como tantas cosas en esta pésima temporada de los Rockets, que han igualado las 40 derrotas de la temporada 2009-10, la peor de la franquicia en la última década… hasta ahora.
Harden terminó con 26 puntos y 4 asistencias, muy exigido (8/22) por una defensa rival que no tenía otros grandes objetivos: Dwight Howard anotó 14 puntos, capturó 16 rebotes y firmó un 0/4 en tiros libres al que sacó punta Carlisle en el último cuarto. Más allá de ellos, solo anotó en dobles figuras Michael Beasley (15 puntos), muy poco pese a que en el tercer cuarto los Rockets tomaron cierta inercia positiva ante un rival que finalmente tiene más espíritu, mejor funcionamiento colectivo y desde luego mucho mejor entrenador. Y con eso va camino de volver a los playoffs en una temporada muy difícil desde antes incluso de empezar (el sí pero no de DeAndre Jordan…). Mucho mérito.