El Granca debe remontar 14 puntos para estar en la final

El Herbalife Gran Canaria debe remontar 14 puntos (89-75, en la ida) para disputar su segunda final continental. Salvo milagro, no habrá lleno. Poco importa pensar que el equipo turco ganó en la ida por corazón y casta, inútil como resulta flagelarse ahora porque, a falta de apenas minuto y medio, el Granca solo perdía por 10 y tenía posesión. “Tenemos que jugar con calma”, es una de las consignas más repetidas en las entrañas del Arena. Solo así, y aliñándolo con una pizca de nervio, es posible el milagro.

El Herbalife haría mal en querer firmar la remontada desde el primer minuto. “Hay que ir jugada a jugada y sin dejarnos llevar por la ansiedad”, recomienda el cerebro de este proyecto, Aíto García Reneses. “Tenemos que mantener la paciencia pase lo que pase”, añade Eulis Báez.

Un error mortal para el Gran Canaria sería no dominar el rebote en ambas canastas (43-34 en Estambul), allí donde más daño hizo el Galatasaray. Se precisan, asimismo, ayudas defensivas sobre McCollum, muy superior físicamente a sus pares (Oliver y Pangos) y una mayor vigilancia sobre Micov.