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NCAA | FINAL FOUR

¡Ya tenemos final nacional! Villanova - North Carolina

Los Wildcats destrozaron (95-51) a los Sooners de Buddy Hield y los Tar Heels se impusieron (83-66) con facilidad a los Orange en un duelo de Hall of Famers.

¡Ya tenemos final nacional! Villanova - North Carolina
USA Today Sports

Todo lo bueno se acaba. Pero, como tantas otras veces, guardamos lo mejor para el final: el partido que decidirá el Campeonato Nacional Universitario. La Final Four arrancó ayer en Houston (presentaciones impresionantes incluidas), ciudad que disfrutó en vivo y en directo de dos partidos que ya son historia de la NCAA. Los Wildcats de Villanova lograron (95-51) la victoria más abultada de siempre en esta fase del Torneo (+44), destrozando a unos Sooners en los que Buddy Hield no fue Buddy Hield. Casi una hora después, Jim Boeheim y Roy Williams se vieron las caras en el Madness 13 años después de aquella final en la que un gran Carmelo Anthony (20+10+7) y un tapón de Hakim Warrick decidieron el título para el primero. Esta vez, el destino sonrió al segundo (83-66), que luchará por conseguir el sexto entorchado de los Tar Heels. Aún queda una noche de magia.

Hart y la apisonadora Wildcat

¿Cómo llegaban a la Final Four?

- Villanova

- Oklahoma

Poco aguantaron los Sooners, pero... ¿Habría aguantado alguien ayer el ritmo de Nova? Lo dudo mucho, la verdad. Los Wildcats salieron concentrados desde el minuto uno. Serios, compactos: lo de siempre, vamos (lo de todo el torneo). Y es que, más allá de grandes nombres, la palabra equipo tiene un peso monumental en el baloncesto universitario. Y eso es justo lo que son estos Wildcats: un equipo con mayúsculas.

Sobrios pero con fuego en las venas. La pasión, las ganas, el hambre; factores que tienen una importancia capital si se saben medir y utilizar. No olvidemos que hablamos de chicos que rondan la veintena y juegan por primera vez (en casi todos los casos) ante 77.000 personas. Glups. 

Nada se iba a interponer en el camino de Villanova. Como un tanque que arrasa con todo a su paso (así lo pintaban los memes), los Wildcats pasaron por encima de una triste Oklahoma que cerró su enorme temporada de la peor manera posible (una pena). Buddy Hield, la gran estrella del torneo hasta el momento, no pudo encontrar su ritmo ante una defensa que cambiaba en todos los bloqueos y que solo le dejaba recibir a 8-9 metros de la canasta (trabajo encomiable). El escolta/alero, que acabó con nueve puntos su peor partido, dejará UO tras cuatro años en los que ha aprendido todo lo que sabe (sus palabras, no las mías: magnífico artículo sobre su vida en The Players Tribune). Un final amargo para una temporada memorable.

Vamos con los que disputarán la final nacional el próximo lunes. Con la cabeza y el corazón de Arcidiacono en los dos lados de la cancha (15+3+3), Villanova encontró más acierto del que hubiera podido soñar: 71% en tiros de campo, el segundo porcentaje más alto de la historia de la Final Four. Ochefu (10+6) y Jenkins (18+8) fueron la solidez, y la chispa, la magia, la puso Josh Hart. El escolta estuvo inmenso: 23 puntos, 10-12 en los lanzamientos (alguno dificilísimo), 8 rebotes (uno de los mejores guards reboteadores del país), cuatro asistencias y dos robos de balón. Un clinic. Un show. Una clase magistral de baloncesto que acabó mentalmente con los Sooners alimentando un par de parciales devastadores.

Nova llega a la Final Nacional por méritos propios, y sus números dan miedo. Tras ganar por una media de 24 puntos a sus tres primeros rivales en el Gran Baile y eliminar a Kansas en la Final Regional (la gran favorita para muchos), +44 en una Final Four y ante una Oklahoma que llegaba lanzada. Todo el crédito del mundo. 

North Carolina confirma su papel de favorita

¿Cómo llegaban a la Final Four?

- North Carolina

- Syracuse

El pez más gordo contra el más pequeño. Si es que se puede decir algo así de un equipo que entrena Jim Boeheim (hoy hace 40 años que cogió las riendas del equipo, ¡40!). Duelo histórico de Hall of Famers en los banquillos que se llevó Roy Williams como revancha de aquella final de 2003 en la que sus Jayhawks (después de ese año volvería a UNC) no pudieron frenar a Melo en el Superdome (Nueva Orleans).

Los Orange, que entraron en el Torneo con 13 derrotas en 36 partidos (nadie ha llegado a una Final Four con más), venían de eliminar a Virginia en una segunda parte de infarto en la que Malachi Richardson anotó 21 de sus 23 puntos (El "They can't guard me!"-game del freshman). Pero esta vez la historia fue diferente. Aguantaron unos primeros compases igualados hasta que los tiros empezaron a chocar con el aro rival. La buena defensa de los Tar Heels obligó a los exteriores de los Orange a abusar del tiro de 6-7 metros: imposible seguir el ritmo de anotación de los interiores de North Carolina con lanzamientos de ese tipo. +11 al descanso, un resultado que se hacía corto y fácil para los de Williams.

La habilidad de los hombres grandes de North Carolina para anotar desde 2-3-4 metros, un hueco en el que la zona 3-2 te permite recibir (16+9 de Brice Johnson), el rebote (muy superiores: 43-31) y el buen hacer de Joel Berry II, que cerca estuvo del triple-doble (8+7+10), fue suficiente. Syracuse, con el desacertado (irregular) Gbinije sin magia, no pudo competir pese a los 22 de Cooney (primer jugador de Cuse que juega en dos Final Four diferentes: 2013 y 2016) y los 17 de Richardson. Triunfo tan esperado como merecido de unos Tar Heels que volverán a pelear por el Campeonato Nacional.

Aún queda magia. El lunes, 3:19 am hora española, Villanova - North Carolina: la gran final.