Otro récord histórico para los Warriors (65-7): 938 triples
A ocho victorias ya de las 73, los Warriors se convierten en el equipo con más triples en una temporada y baten con los Mavericks también el de triples en un partido: 39.
Los Mavericks, uno de los equipos que ha ganado a los Warriors esta temporada (deberían darles una placa conmemorativa) llegó a Oakland jugándose los playoffs (están en el absoluto filo, de hecho) pero sin Nowitzki, Deron Williams, Devin Harris y Chandler Parsons. El alemán descansó en una muestra clara de que en las coordenadas de Rick Carlisle no entraba gastar energías demasiado valiosas en buscar el milagro que nadie ha conseguido: ganar en la Bahía. No lo hicieron (128-120) aunque la dinámica relajada del partido, que todos intuían decantado desde el salto inicial, permitió un divertido final en el que 16 puntos de Charlie Villanueva en 9 minutos (así estaba la cosa) convirtieron un 102-89 en un 116-113 con más de tres minutos por jugar. Los Warriors, que habían manejado ventajas de hasta 18 puntos y que anotaron 47 a en contraataque por 1 de los Mavs (¡47-1!), se sacaron de encima el susto con un par de triples de Klay Thompson y Harrison Barnes. Y ganaron, claro. 72 partidos, 65-7. Quedan diez, basta un 8-2 para las míticas 73 que demolerían el 72-10 de los Bulls. Por cierto, los Warriors (52 victorias seguidas en casa, 34-0 en esta campaña) ya son también el único equipo de la historia junto a aquellos Bulls que ha ganado al menos 65 partidos en dos temporadas consecutivas. Entre 1995 y 1997 ganaron 141 partidos (72-10 y 69-13). Los de Oakland llevan 132 (67-15 y 65-7). Quedan diez...
Horas antes del partido, los Warriors recibieron la buena noticia de que tanto Iguodala como Ezeli (el que más preocupaba) deberían estar listos y en pista antes de los playoffs. Después, se enzarzaron en un alegre tiroteo que evidentemente tenía que descabalgar a los Mavs a pesar de los 6 triples de Wes Matthews (26 puntos) y los 5 de JJ Barea (21 y 6 asistencias). Los texanos anotaron 18 (18/35) y los californianos 21 (21/45). En total, 39 triples para el récord conjunto en un partido, dos más que los que sumaron (37) hace un par de semanas los Blazers y, cómo no, los propios Warriors. Con estos 21 además, y esto es realmente trascendente, los de Oakland han batido en 72 partidos (otra vez: quedan diez…) el récord de triples en una temporada: era 933 (Houston Rockets, 2014-15), lo han puesto ya en 938. Más cerca de la revolución de los 1.000, hace no tanto un sueño imposible. Los Warriors anotan 13 por partido con un increíble (y más en ese volumen) 41,5% colectivo. Este año el segundo en convertidos, otra vez los Rockets, está en 778 (160 menos)… y un 34,6%.
Al frente, claro, los Splash Brothers. A toda máquina y con Klay Thompson en el mejor momento de la temporada: 40 puntos, 9/16 en triples. Stephen Curry, 33 y 5/12… y 8 rebotes y 8 asistencias. Entre los dos llevan 594 triples, más que la mitad de los equipos de la NBA. Curry está ya en 348, ampliando un récord sobrehumano (era suyo en 286) y Klay va por 246, ya octava marca histórica y a la caza de los tres únicos que le preceden y que no son su compañero de armas: George McCloud (séptimo, 257), Dennis Scott (quinto, 267) y Ray Allen (cuarto, 269). En su ritmo actual (3,4 por partido), todos caerán.
Los Warriors, ahora con más de un 72% de opciones de llegar a las 73 victorias (juegan en casa contra Sixers y Wizards antes de viajar en back to back a Utah: peligroso) llevan en la temporada cinco partidos de al menos 20 triples cuando el resto de equipos combina en total dos. Y son el primer equipo en casi un cuarto de siglo con 38 partidos de al menos 30 asistencias. Esta vez, 30 con solo 7 pérdidas, su mínimo de la temporada. Las sensaciones algo confusas de algunos partidos post All Star van desapareciendo, Draymond Green también está volviendo a su mejor versión (19 puntos con solo 11 tiros, 7 rebotes, 10 asistencias, 2 robos, 2 tapones) y solo faltan que regresen Ezeli y, sobre todo, Iguodala para que la máquina total llegue a pleno rendimiento a los playoffs. Pero antes queda el gran reto, una cita gigantesca con la historia. Cuenta atrás: restan diez partidos, hacen falta ocho victorias. Tic tac, tic tac…