WARRIORS 114-CLIPPERS 98

Curry y Klay meten 65 puntos y los Warriors, a solo 9 del récord

Los Warriors barren (4-0) su serie con los Clippers tras un cómodo triunfo lanzado por los Splash Brothers. Con un 9-2 superarán el 72-10... y les quedan ocho partidos en casa.

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El 4 de noviembre se jugó el primer Warriors-Clippers de la temporada, con los dos equipos invictos (4-0) y una sensación de rivalidad emergente que salió amplificada de un partido volcánico en el que los Warriors estuvieron muy cerca de perder: 89-99 a siete minutos del final. Entonces Harrison Barnes metió 8 puntos en un minuto y Stephen Curry anotó después 13 seguidos. Y los Warriors ganaron. Ayer, 23 de marzo, los Warriors ganaron otra vez a los Clippers, esta vez 114-98 y con una constante sensación de superioridad durante todo el segundo tiempo. Hasta Steve Kerr reconoció después que la rivalidad se había diluido un poco mientras un periodista aseguraba que si esto es una rivalidad, también lo era la relación entre el Coyote y el Correcaminos. Más gráfico, imposible: 4-0 en duelos directos, la primera barrida en casi 30 años y un mensaje rotundo ante lo que será si no hay grandes (más bien extraordinarias) sorpresas una de las semifinales del Oeste.

Después de aquel doble 4-0 anterior al primer enfrentamiento, las cosas han sido muy distintas para estos equipos. Uno está 64-7 y el otro 43-27. Los Clippers suman tres derrotas seguidas, cinco en seis partidos y dejan su balance sin Blake Griffin en 26-14. En partidos contra rivales del top 6 de la temporada, los Warriors están 12-1 (la única derrota, la de San Antonio). Los Clippers, 2-12. El asunto está meridianamente claro. En la guerra de backcourts, Curry y Klay Thompson sacaron de la pista a Chris Paul y JJ Redick: 65-22. Los Clippers siguen sin poder defender a los exteriores rivales y siguen teniendo un enorme problema de banquillo a pesar de que sus suplentes anotaron más que los de los Warriors. Un dato mentiroso: con la segunda unidad, los de Doc Rivers encajaron parciales determinantes al inicio del segundo y del último cuarto. Los Clippers, en resumen, tienen básicamente los mismos problemas que hace un año a estas alturas y la duda de cuándo y cómo volverá Griffin. DeAndre Jordan, eso sí, jugó un buen partido (19 puntos, 20 rebotes y algunas jugadas defensivas muy significativas).

73 victorias: con un 9-2 basta

Los Warriors están 64-7. Eso significa que necesitan un 9-2, como mínimo, para superar el 72-10 de los Bulls. Parece una cuestión casi inevitable si se considera que les quedan ocho partidos en su pista, donde han llevado ya el mejor récord de la historia a 51 victorias seguidas (33-0 en la presente temporada). Fuera tienen que jugar en Utah, San Antonio y Memphis. Las proyecciones de Sportline les dan un 72% de opciones de llegar a ese mínimo de 73 triunfos que les haría legendarios. En los once partidos que les quedan, solo el de San Antonio se lo dan como probablemente perdido (47% de opciones de ganar). En todos los demás, sus opciones de triunfo no bajan del 73%. No es que las cuentas salgan, de eso hace tiempo. Es que cada vez es más difícil ingeniar formas de que no lo hagan. Esa es la cuestión.

Todavía sin Iguodala y sin Ezeli, Bogut volvió e impuso su presencia de forma rotunda. Muy añorado en San Antonio, con él los Warriors volvieron a dominar el rebote: el australiano jugó 20 minutos durante los que su equipo firmó un +18. El primer cuarto fue un intercambio de golpes al que siguió un progresivo distanciamiento de los de la Bahía: 16-4 (con Livingston y Barnes martilleando) para abrir un segundo parcial en el que se abocetó lo que eclosionó después. En la segunda parte el triunfo local estuvo a buen recaudo aunque los Clippers se las apañaron para mantenerse siempre en torno a la decena de desventaja. Draymond Green terminó con 12 puntos, 12 rebotes y 4 asistencias contra uno de los equipos a los que más disfruta ganando. El partido de Klay Thompson fue quirúrgico, sensacional: 32 puntos con un 7/10 en triples y un recital de movimientos y lanzamientos supersónicos que descuadraron cualquier plan defensivo de los Clippers, que vieron como esta vez el escolta dejó a Curry ocuparse durante más minutos de los habituales de la defensa de Chris Paul (13 punots, 8 asistencias, 4/16 en tiros, 3 pérdidas). Curry tiene ya en 15-8 su marcador particular contra Paul, y se sacudió buena parte de las malas sensaciones de los dos últimos partidos: 33 puntos (12/23 en tiros, 4/10 en triples), 4 rebotes, 5 asistencias, 3 robos y solo una pérdida.

La intrahistoria del partido cuenta que no fue una paliza tremenda pero sí un triunfo sobrado: si se aisla el 7/10 de Jordan, el resto de titulares de los Clippers lanzaron en un 29%. Y ningún jugador angelino anotó más de dos triples (8/28 total). Ocho triples, tres menos que los Splash Brothers, que ya han metido en la temporada 580 y que proyectan 672. Curry lleva 343 (acercando poco a poco a 400 la mejor marca de la historia) y Klay está en 237, a dos ya de su mejor cifra, que es la décima de la historia. En su proyección actual iría a 274, lo nunca visto por detrás del actual y el anterior (286, 2014-15) Curry. Pues eso: lo nunca visto, los Splash Brothers y las cuentas del 72-10. Un partido histórico cada noche. Que nadie duerma.