El Gran Canaria cae, pero pasa a las semifinales de la Eurocopa

Jamás corrió peligro la clasificación del Gran Canaria. Solo en el último cuarto, y cuando se dejó ir en medio de los vítores de su afición, pudo el Zielona hincarle el diente al partido. El Herbalife pasa a semifinales con todos los honores.

Aíto es un maestro del baloncesto y sus jugadores, unos alumnos más que aventajados, a veces traviesos, mas no desobedientes. Por eso, el Herbalife saltó a la pista con la lección bien aprendida tras la paliza recibida en Sevilla y el susto del Limoges. Así, salvo el 0-2 inicial, el Zielona no fue nunca por delante. El Granca veía el aro como una piscina, especialmente Pangos, quien anotó dos triples consecutivos y calcados para abrir brecha, 14-6. Jugándose a un ritmo vertiginoso, con los locales marcando el compás a su conveniencia, en el primer cuarto hubo tiempo incluso de ver encararse a Aguilar con Bost y apreciar como de Albert Oliver, bendita madurez la suya, hacer un 2+1 de auténtico jugón para cerrar el primer acto con 24-18.

El Gran Canaria parecía tener celeridad por sentenciar la eliminatoria, y empezó el segundo cuarto con un delicioso triple de Seeley, 27-18. Omic ya entraba en juego, en parte por el talento superlativo de Oliver a la hora de enchufar a los suyos, mientras que dos triples seguidos, del base catalán y su paisano Rabaseda, amenazaban con reventar el partido (36-22). Pero el Zielona sacó fuerzas de donde no parecía haberlas y, con un 0-9 a favor, recobró algo de vida (41-34). El parcial se estiró hasta el 4-14 al final del primer tiempo, 45-39, pero se antojaba imposible a todas luces para acaso soñar con remontar la eliminatoria.

En el segundo periodo estaba en juego poco más que el honor, como si no fuera esta una motivación suficiente. El comportamiento del Zielona fue impecable, pues luchó con todas fuerzas por un sueño imposible. Mejor morir de pie que vivir arrodillado, que diría un famosísimo revolucionario. Al Herbalife le bastaba con triples de Pangos (54-46) o Rabaseda (70-56). Así, poco a poco, se terminó de gestar una nueva conquista del Gran Canaria. Poco importó que acabara con una de las derrotas más dulces que se recuerdan. Mereció el Zielona ganar otro partido fuera de casa, como todos los anteriores, en esta Eurocopa. Su afición, ejemplar, recibió al final el reconocimiento de todo el Gran Canaria Arena.

El Gran Canaria, con el factor cancha a favor, afronta ahora la semifinal con el Galatasaray, el primer partido el miércoles en la hermosa y enigmática Estambul. Para los insulares, los extraordinario, aquello por lo que hasta poco apenas soñaba, es ya una rutina. Como esta nueva cita con la historia. Y las que están por venir. Y su primer gran titulo acecha.