Ni 40 de Curry ni 30 de Klay, pero con Andre Iguodala: 57-6
Menos pérdidas, más movimiento de balón y, como consecuencia, más puntos fáciles de los secundarios. Iggy es mucho más que unos números.
El Oracle Arena sigue de fiesta: 46 victorias seguidas en casa para unos Golden State Warriors que se dejaron de frivolidades y solventaron el encuentro ante los Utah Jazz como su entrenador quería; como el mejor equipo defensivo de la Liga. Los campeones, que siguen por delante de los Bulls del 72-10 a poco más de un mes de que termine la temporada regular (57-6 por 56-7), salieron con las tuercas apretadas por las palabras de Steve Kerr. "Estamos ganando y Steph (Curry) nos está rescatando demasiadas veces. Tenemos que volver a ser el mejor equipo defensivo de la Liga, que lo éramos el año pasado. Ahora no estamos ni cerca de serlo", admitía el técnico antes del choque. Y sus pupilos respondieron. No ganaron con 40 puntos del MVP ni con 30 de Klay Thompson (23, cinco triples), sino con un excelso juego colectivo en el que brillaron Barbosa (13) y Speights (16) y que no se podría haber dado sin la vuelta de Andre Iguodala.
El alero es un ejemplo para compañeros y rivales. Vive por encima de un mundo deportivo en el que las estadísticas se lo han comido casi todo. A él le da igual: sale ahí fuera y se dedica a jugar al baloncesto. ¿Cuatro puntos? Bien. ¿Cuatro rebotes? Bien. ¿Tres asistencias? Bien también. Nada de eso importa. La presencia de Iguodala devolvió a los Warriors su esencia. Y no estoy hablando de las maravillas de Curry, que también forman parte de la misma, sino del juego colectivo en ambos lados de la cancha. Defensa intensa, de manos rápidas y hambrientas, y un ataque sin egoísmos en el que la asistencia es la reina de la fiesta. Ayer, 36 pases de canasta en 48 aciertos, vez número 33 que superan las 30. ¿El balance en esos partidos? 32-1. Sí, la derrota ante los Lakers fastidiando estadísticas...
Últimamente, la defensa estaba siendo un problema (habían concedido más de 100 puntos en los últimos siete partidos y en 13 de los últimos 14), y también las pérdidas: 44 ante Lakers (20) y Magic (24). Ayer 'solo' 15, que es su media de la temporada, y consiguieron que su rival no pasara de los 100 puntos. Muchos detalles; muchos pequeños triunfos: concedieron un 40% en tiros de campo, forzaron 20 pérdidas de un equipo que no suele cometer más de 15, sumaron más a la contra (16-8), más en la pintura (48-40) y, como es habitual, más también desde el triple (13-8).
Con 12 puntos y 10 asistencias de un Curry fallón (dejando de lado el triplazo desde su casa), los campeones se impusieron sin problemas. Y es lo normal, solo tenían que recordar sus bases; su esencia. El colectivo es imparable al 100%. Draymond Green también fue clave: 17 puntos, 5 asistencias, 2 robos, 3 tapones y un decisivo +30 en sus minutos sobre el parqué. De todo, vamos.
Solo en Salt Lake City...
A los Jazz se les escapan los playoffs poco a poco... Tres partidos por detrás de los Rockets puede ser demasiado a estas alturas, sobre todo por el nivel que han mostrado los texanos en sus últimos encuentros (W2). Y es que ninguno de los 16 equipos que ocupan las posiciones que dan acceso a la post temporada tiene tan mal récord como los Jazz fuera de casa. El 10-22 lejos de Salt Lake City puede ser una losa demasiado pesada.