Presentan el libro 'Carmelo Cabrera, El Globetrotter Blanco'
Rodeado de amigos y excompañeros, la leyenda del Madrid ha vivido un homenaje en la presentación del libro de José Luis Hernández Torres.
La Sala de Prensa del Barclaycard Center de Madrid ha acogido la presentación del libro Carmelo Cabrera, El Globetrotter Blanco, escrito por el periodista tinerfeño José Luis Hernández Torres que recoge, como si de un encuentro de baloncesto se tratara, los momentos más importantes, emocionantes e inolvidables de la vida de Carmelo Cabrera, tanto en el ámbito deportivo como en el personal. El acto ha contado con la presencia del Presidente de la ACB, Francisco Roca, y de algunos de los que fueron compañeros y rivales del mítico base canario, como Emiliano, Rafa Rullán, Juanma López Iturriaga, Quique Ruiz Paz, Vicente Paniagua, Indio Díaz, Nacho Rodríguez o Alfonso Reyes, entre otros.
En la mesa, acompañando a autor y protagonista, otros jugadores míticos, Vicente Ramos y Juan Antonio Corbalán, junto al periodista Antoni Daimiel, autor del epílogo de la obra. Corbalán recordó que “tenía 11 o 12 años y mi entrenador de minibasket me llevó a un partido en el que ví por primera vez al Real Madrid y a Carmelo Cabrera. Acabamos siendo alumno y profesor y fue un placer haber compartido tantos momentos y tantas enseñanzas”. Por su parte, Vicente Ramos señaló que “en el 68, formo parte del primer equipo cuando él llega al equipo júnior. Su presentación se fue haciendo a través de entrenamientos que hacía con el primer equipo. La primera sensación que tengo de él y que ha durado hasta ahora es la alegría que hemos vivido todos los jugadores junto a él”. Para Antoni Daimiel, “en la vida, cuando haces balance de las cosas importantes, a veces cuesta encontrar el por qué de algunas de ellas, pero en mi relación con el baloncesto tenía localizados a los culpables. Recuerdo mi primer partido de baloncesto, en el que estaba Carmelo Cabrera. Cuando me llamaron para colaborar, fue una obligación para mí”. En palabras del autor, esta presentación de Madrid se hace “en la ciudad donde se hizo la estrella que es. Aquí vino con la intención de no estar mucho tiempo, aunque, afortunadamente, al final se quedó y evolucionó hasta el jugador que terminó siendo”. Su relación con el protagonista de la obra viene de muy atrás. “Desde que era pequeño seguí a Carmelo y ví que practicaba un juego diferente y revolucionario. Uniendo mi admiración hacia él y mi condición de periodista, creí que podía hacer un homenaje a él y a otros jugadores que fueron la base de lo que es el baloncesto hoy”. Carmelo Cabrera quiso “agradecer a todos mis amigos y compañeros, adversarios, técnicos, periodistas, porque gracias a ellos se ha podido escribir este libro”.
“Aunque yo no lo haya escrito, quiero que sea un homenaje para todos los jugadores de baloncesto”, destacó el exjugador. El libro, que desde mañana estará a la venta vía on-line, a través de la web superbasketcanarias.info, cuenta con un precio muy asequible y con vocación social, 19.95 euros, siendo un euro de cada ejemplar vendido destinado a la ONG ‘Corazón y Vida de Canarias’, que une a los padres, familiares y amigos de pacientes con cardiopatías congénitas y otras patologías no tratadas en Canarias. ”Yo hubiese pagado por jugar a este deporte que tanto amo” Tras la presentación y después de firmar un gran número de ejemplares, Carmelo Cabrera tuvo unos minutos para conservar con ACB.COM. Sin perder la sonrisa, pese a que la hora de coger el avión de vuelta se acercaba, el mítico base canario recordó cómo se gestó esta obra. “Hubo un primer intento de escribir mi biografía. El periodista Juan Carlos Real, cuando yo me fui a Valladolid, me ofreció escribir un libro, pero exclusivamente del Real Madrid. Era el año 79 o el 80, pero al final lo dejamos”, recuerda.
“Hace siete años, exactamente en febrero de 2009”, continúa, “recibí una llamada de la Asociación de Veteranos del Real Madrid, diciéndome que había un periodista canario que estaba interesado en escribir de mi vida. Les dije que le dieran mi teléfono y que se pusiera en contacto conmigo”. Ahí comenzó toda una aventura que, aunque ha llevado más tiempo del previsto, ha llegado a buen puerto. “Él me dijo que, además de periodista deportivo, era un enamorado del baloncesto y del Canarias, donde yo había jugado unos años. Nos pusimos manos a la obra, el proyecto iba a tardar como dos o tres años, pero por problemas personales y de distancia ha tardado más”, señala. Y es que el proceso ha sido complicado, ya que el autor vive en Zaragoza y el protagonista en Las Palmas, así que “ha habido mucho teléfono, muchas visitas a Canarias por su parte, para hablar conmigo, para ver todos los recortes de periódico que yo guardo...” Un arduo trabajo que ha servido para “recopilar muchos datos, revisar papeles que tenía en el sótano de cuando era juvenil, muchos videos que tengo en VHS. Hemos formado un buen binomio y finalmente hemos conseguido que saliese”, afirma un Carmelo Cabrera que reconoce que “como en toda relación, entre los dos ha habido un mínimo de tensión en algunos momentos, por cuestiones de tiempos, de que los patrocinadores meten prisa”. “Pero en definitiva ha sido y sigue siendo una relación espectacular, porque José Luis, además de buen periodista, es una persona encantadora. Es un fanático del baloncesto, yo diría que casi un ‘friki’. Sabe mejor que yo el día que debuté y los puntos que sumé, cosas que yo ni me acordaba”, bromea. El libro está estructurado en cuatro cuartos, emulando un partido de baloncesto. “Hay hasta una previa y un post-partido. El primer cuarto empieza con la marcha de Canarias a Madrid, cuando ya tengo 18 años y me ficha el Real Madrid, pero antes ya había jugado minibasket, infantiles, había ganado un campeonato de España con un club de natación, que era la primera vez que tenía sección de baloncesto… Toda esta historia la recoge el libro, amén de muchos documentos y fotografías”. Además, “cada periodo coincide con uno de mis equipos, Real Madrid, Valladolid, Canarias y la Selección Española, además de un apartado final de anécdotas, que sería el post-partido”, incide un Carmelo Cabrera feliz con el resultado final. Además, le gustaría que este libro sirviera para que “la gente sepa que antes de todo este espectáculo que ven ahora, también hubo unas generaciones que pusimos esa semilla, tanto a nivel nacional como internacional”. Por eso, quiere que la obra sirva también “como homenaje a todos aquellos que estuvieron conmigo, porque este es un deporte de equipo y así lo he contemplado siempre, no es algo individual con lo que tú haces grande al club o el club te hace grande a ti. Es todo un conjunto y ahí radica la grandeza de este deporte. El libro es un testimonio que quería dejar a toda esa juventud que ahora está siguiendo el baloncesto, para que puedan conocer cómo era el baloncesto anterior”. Para Carmelo Cabrera, el baloncesto va unido al espectáculo. Por eso, en el baloncesto moderno, tiene claro qué jugador sería el que cumpliera con un rol semejante al que él tenía en su época.
“En el que más reflejado me veo es en Sergio Rodríguez. Ricky Rubio también es un jugador muy rápido, con mucho espectáculo, pero creo que el que más se asemeja a mí es el Chacho. Casualmente, los dos somos bases, del Real Madrid, canarios… Él nunca me vio jugar al baloncesto, por lo que su forma de concebir el juego es espontánea. Pero yo cada vez que le veo me siento muy reflejado. Me alegra muchísimo que otro canario lleve una continuación de lo que era mi juego, eso sí, muy mejorado, porque él es un gran tirador, no tan buen defensor, como tampoco lo era yo, pero lleva muy bien el timing del partido y lee perfectamente las jugadas”, explica Cabrera. También quiere dejar claro que “el libro no lo hemos hecho para ganar dinero, sino para recopilar anécdotas que se hubieran perdido en el tiempo. Es una forma de homenajear a todos mis compañeros, que se verán reflejados en él”. “Han sido muchos los que han participado en este libro, desde mi amigo Walter Sczerbiak, a Pedro Ferrándiz, Eduardo Portela, Alejandro Blanco, Antoni Daimiel, que se aficionó al baloncesto viendo al Valladolid en el que yo compartí vestuario con Nate Davis”, señala un Carmelo Cabrera que demuestra en cada palabra su amor por el deporte de la canasta. “Yo he concebido esto como un juego, como una diversión, no como una obligación. Cuando juegas al baloncesto y es algo que disfrutas y encima te dan tres durillos… Yo hubiese pagado por jugar a este deporte que tanto amo”, asegura. Para concluir, recordar que la obra tiene “un precio asequible y una vocación social, ya que un euro irá a una ONG dedicada a los niños con cardiopatías congénitas. Para mí esto es muy gratificante, ya que hay que ser altruista y ayudar a todo el mundo”.