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BAMBERG 86 -REAL MADRID 90

El Real Madrid toma Alemania con 6 triples de Sergio Llull

La resaca copera afectó a los blancos que empezaron 12-0 abajo. Se rehicieron con un gran acierto desde la línea de tres. Ayón puso un tapón decisivo. Muy bien Reyes.

Sergio Llull se marcha de Wanamaker.
Sergio Llull se marcha de Wanamaker.CHRISTOF STACHEAFP

El Madrid es un equipo que ha aprendido a defender y a ser duro, a ganar cuando toca. A competir. Está muy bien entrenado y tiene experiencia, mucha y cada vez más. Pero en el Lasismo prima el talento. Y prima aún más en días difíciles como este, de vuelta al tajo tras una Copa durísima, horas después del enésimo trofeo y de la enésima celebración. De vuelta al grupo de la muerte. En días así, decimos, la falta de concentración y de fuerza te embarca en un descenso precipitado, pero el talento, también el competitivo, te lleva otra vez hacia arriba y te hace imprevisible. Te rescata. Eso es lo que ocurrió en el Nuremberg Arena, la cancha que le prestaron por un día al Bamberg. Más grande y luminosa para recibir al campeón. Para un triunfo del Madrid que marca la raya en el suelo entre la eliminación y la gloria. Porque pasar a cuartos en este grupo F es eso: gloria bendita.

El duelo empezó 10-0 y luego 12-0 en apenas dos minutos y unos segundos, la proyección decía 200-0. ¿Se imaginan? El desnivel de la rampa daba miedo mientras el Bamberg rebañaba todos los balones de las manos de los pívots visitantes, en especial de Thompkins (Doncic y Ndour fueron los descartes), pero ocho minutos después el Real estaba a tiro de tres (26-23) tras sumar un pobre palmeo y… seis triples. Ningún acierto más de campo.

El Madrid de las grandes remontadas, el de los grandes tiradores. Llull terminó con 21 puntos y 6 de 8 desde el perímetro. Pero no fue duelo de historia fácil, de un párrafo y a correr. Fue partido de sube y baja, de montaña rusa de las buenas. Al festival de triples, en el que Reyes batió a Carroll (tres a dos), le siguió la conexión Chacho-Lima en el segundo cuarto. Ocho puntos seguidos del pívot con mates y bandejitas a pases del tinerfeño (10 asistencias). Y más tarde firmaron otra canasta cortada por el mismo patrón. El brasileño apunta a mejor socio de Sergio, como en su día lo fueron Slaughter y Mejri. Lima es rápido en las ayudas, juega por encima del aro y lee bien las continuaciones. Encaja en el rompecabezas.

Tras un me vengo arriba (31-37 y buenos minutos de Taylor) y un me vengo abajo (45-43), los blancos cogieron aire en el tercer cuarto: 47-57. Quedaba aún mucha salsa donde mojar. Darius Miller, un alero con fundamentos capaz de hacer de falso pívot o quizá sea al revés, devolvió al Bamberg a la vida con once tantos seguidos (tres triples). Era el reverso de Llull, la contrarréplica local. La reacción la vimos en cámara lenta y se prolongó hasta el último cuarto: 77-76.

El Madrid dominaba el rebote, pero sufría para sujetar a los bajitos. A Wanamaker, primero, y, luego, a Zisis. Ayón regalaba asistencias (4), pero le costaba meterlas bajo el aro. En realidad, a todo el Madrid. El italiano Melli, rival generacional de Mirotic, igualó a 86 y Reyes respondió con dos tiros libres. Último ataque, 24 segundos, y el balón acaba en manos del quijotesco Wanamaker que encara la canasta y tropieza con los brazos de molino de Ayón. Tapón ganador y puntilla de Reyes desde la personal. El Madrid tomó Nuremberg y Bamberg a la vez, Alemania entera. Cuenta ya cinco triunfos: más cerca de cuartos y todavía tan lejos. Hasta la próxima semana, hasta la próxima final.