Gasol (16+13) y los Bulls salen vivos ante DeMarcus (30+11)
A base de triples (11/21), Chicago suma una victoria balsámica para no desengancharse de la cabeza en el Este. Rose (21+9) y Moore (24), destacados ante la ausencia de Butler.
Los Chicago Bulls se marchan de Sacramento con un valioso y trabajado triunfo (102-107) en el zurrón que les permite seguir la estela de los Hawks, Celtics y Heat de cara a conseguir ventaja de campo en los cruces de Playoffs. Pau Gasol (de más a menos ante una fuerza de la naturaleza llamada DeMarcus) firmó su doble-doble número 28 del curso al sumar 16 puntos y 13 rebotes. Los otros destacados en los de Fred Hoiberg fueron un E'Twaun Moore con un comienzo fantástico desde la línea de tres puntos que le valió su career high con 24 puntos y un Derrick Rose que se fue hasta los 21 tantos y 9 asistencias. El base y el pívot español llevaron las riendas del equipo ante la baja de Jimmy Butler (tendinitis en la rodilla izquierda), aunque eso sí, entre los dos perdieron 13 balones. En los Kings, Cousins fue el mejor con 30 puntos y 11 rechaces, si bien no estuvo acertado en las posesiones finales.
Y es que, en el último minuto de encuentro el pívot erró tres tiros libres (uno intencionado para buscar el rebote, pero invalidado al no tocar ni aro), otras tres canastas cerca del aro y perdió un balón que acabaron marcando el desenlace. Un mal broche a una noche en la que tiró en todo momento de los suyos (y volvió a regalarnos highlights de mucho nivel: qué poster le hizo a Taj Gibson) para no perder comba en un marcador dominado por unos visitantes que supieron sacar tajada de su acierto exterior (11/21 en triples por el 6/20 de los californianos).
Los contratiempos, ya sea en forma de lesiones (Noah, Dunleavy, las operaciones de Mirotic o el último percance ya mencionado de Butler) o de una crisis de resultados (pese al triunfo de esta madrugada el balance de las últimas 4 semanas registra un desalentador 5-9) que ha desencadenado y con razón muchas dudas, espolearon a los Bulls a salir como un tiro: 10-22. Una ventaja que, más o menos, supieron gestionar hasta el final del primer cuarto (25-34) coincidiendo con el despertar anotador de Pau, que precisamente coincidió con el de DeMarcus. Que a Rose le llegaba su turno, Darren Collison (mucho más activo que Rondo) le daba réplica. Sin embargo, en el segundo acto, Sacramento aprovechó la inspiración (a ráfagas, eso sí) de Belinelli para dejar al todo por decidir al descanso (57-60).
En aquel momento la duda era si Chicago sería capaz de aguantar el alto ritmo anotador, sobre todo teniendo en cuenta sus bajas anotaciones de las noches previas, en las que les costaba dios y ayuda llegar al centenar de puntos. Si no alcanzaban dicha cifra, el anárquico (pero siempre interesante y entretenido de seguir) ejército de George Karl les acabaría pasando por encima. Y la pájara de producción ofensiva llego. Pau perdía más balones que de costumbre, pero la defensa permitió que el bando local se contagiara. Todo por decidir en el último periodo. Y ahí, la segunda unidad de los de Illinois y unas jugadas del mejor Rose marcaron la diferencia. Cousins y Collison trataron de aferrarse al partido con uñas y dientes, pero Chicago acabó consiguiendo una balsámica victoria. Más teniendo en cuenta que les quedan aún otros tres compromiso por el salvaje Oeste (aunque ante rivales de menor entidad se supone) antes de regresar al United Center.