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AVTODOR 85 - GRAN CANARIA 92

El Gran Canaria se recupera del susto y se cuela en octavos

Se vio obligado a remontarle al Saratov un partido que tenía ganado. El triunfo del Estrasburgo sobre el Hapoel le mete ya matemáticamente en octavos.

Eulis Báez ante el Avtodor.
Eulis Báez ante el Avtodor.

Tras ganar en Rusia en un partido más sufrido de lo necesario, el Herbalife Gran Canaria logró el billete para las eliminatorias de octavos de final. Lo consiguió por su triunfo y por el del Estrasburgo en la cancha del Hapoel Jerusalén (69-79). Last-32 resuelto satisfactoriamente para los de Aíto.

Pasa el Gran Canaria por ser un equipo ciclotímico, capaz de lo mejor y de lo peor dentro incluso del mismo partido, tanto da que sea en España o en su peregrinaje europeo. Ni que fuera un autocastigo, parece el equipo de Aíto vivir con la peligrosa necesidad de sufrir para ganar. Tras un 2+1 de Savané, novedad esta tarde en el quinteto inicial, el Herbalife se puso 4-12 en menos de lo que dura un pestañeo, y poco después dos tiros libres del interior senegalés estiraban la ventana insular hasta el +11 (6-17).

Tan superior era en esos momentos el Gran Canaria que ni siquiera le hacía falta Omic. Y cuando este entró, apareció el terror y tremendo socavón bajo el aro ruso, pues el primer cuarto se cerró con un elocuente 12-26, aliñados con 6 puntos y 4 rebotes del gigante esloveno, pasmosa como es su facilidad para engordar estadísticas. Y siendo estas decisivas, lo cual es doblemente meritorio. Al menos así sucedió hoy en el primer tiempo, pues en el segundo apenas se le vio de lo bien defendido que estuvo.

Hasta ese momento, nadie salvo Travis Peterson, ex del Obradoiro, alzaba la voz en los locales. Así, un triple del pívot norteamericano inauguró el marcador tras el descanso, 15-26. Seeley, que había entrado unos minutos antes, despertó de la siesta con un triple, al que le siguió otro de 

Aguilar que disparó al Gran Canaria (17-35). Quizás por exceso de energía, tal vez por no saber administrar las fuerzas propias y seguramente por relajación propia, a los pupilos de García Reneses se les fundieron los plomos y se recrearon en una de esas empanadas mentales que harían las delicias de las más exquisitas pastelerías. El Saratov persiguió la luz al final del túnel con tanto ahínco que, liderado por el propio Peterson, Chappel y Brooks, se llegó a poner 32-39 tras un parcial de 15-4 a favor.

Curiosamente, un día más los peores momentos del Granca coincidieron con el descanso de Omic, y entre él y Oliver, de nuevo desde el triple, taparon la vía de agua rusa para marcharse al descanso respirando hondo (35-44).

Disolución

Ni que estuviera agobiado por deudas insalvables, el Herbalife entró en causa de disolución poco después de pasar por los vestuarios. Seguía un tanto aturdido, acaso bañado en incógnitas, y Peterson aprovechó para, con 9 puntos prácticamente seguidos (2 triples y un 2+1 para no anotar más y frenarse en 19 puntos) dejarle el Saratov la remontada en bandeja de plata, 51-53. Esta llegó poco después con un triple de Chappell, 58-57, que supuso además la primera ventaja rusa en todo el partido. Tal y como estaba el duelo en el tercer parcial, el Granca se podía dar por satisfecho al encarar el último cuarto ganando de un punto, 63-64.

Si Seeley le daba un poco de aire a los suyos (triple para el 63-67), Williams anotó cinco puntos seguidos para darle ventaja al Saratov (70-67). Todo parecía perdido para el Herbalife cuando Stoll, desde la misma ciudad de Moscú, clavó una daga en la esperanza amarilla (82-75), pero Newley sacó rápidamente su fusil para igualar fuerzas. Un 2+1 de Klimenko anunciaba un final de infarto, 85-85, y fue entonces cuando Oliver y Savané (su mejor partido del curso) tiraron de galones y veteranía para sentenciar el partido y, de paso, la clasificación del Herbalife para los octavos de final.