Butler vuelve a ser Jordan: ¡53pts!, 10 rebotes y 6 asistencias

La historia casi siempre se repite. Incluso cuando parece imposible. Jimmy Butler salvó a los Chicago Bulls de lo que hubiera sido su cuarta derrota consecutiva (y ésta ante los Sixers...) con una actuación memorable. El escolta, que ya se disfrazó de Michael Jordan hace unas semanas para anotar 40 puntos en una solo mitad, se volvió a poner el traje del mejor jugador de todos los tiempos para sumar 53 puntos (career high), 10 rebotes y seis asistencias, números que solo él y Air han conseguido con la elástica de los Bulls en los últimos 30 años (ESPN Stats&Info): una exhibición de recursos ofensivos al alcance de muy, muy pocos. Además, los números de Butler le convierten en el tercer jugador que logra +50 puntos en la carretera contra los Sixers. Los otros dos, MJ y Wilt Chamberlain.

Pero pongámonos serios. La explosión del '21' (ningún Toro anotaba +50 puntos desde Jamal Crawford en 2004) evitó que los de Hoiberg sufrieran una derrota que hubiera sido vergonzosa. Sin Pau Gasol (descanso) y sin Derrick Rose (no tiene la rodilla al 100%), los de Chicago llegaron a ir perdiendo por hasta 24 puntos en Philadelphia, ante el peor equipo de la competición (4-37). ¿Mérito de los Sixers? También. Sobre todo de un Robert Covington que se fue hasta los 25 puntos y que encontró la red desde el triple cuatro veces en los últimos 12 minutos. Ish Smith (24+8) mantuvo a los suyos en el partido hasta el final, clavando un par de triples (uno al final del cuarto cuarto y otro en la prórroga), pero falló una bandeja a menos de 30 segundos del final del tiempo extra que hubiera supuesto el empate. Tampoco se les puede pedir mucho más, la verdad.

Los visitantes, por su parte, no estuvieron a la altura. Salvo Butler (claro está), McDermott (17 puntos, 6-8 en los tiros) y un E'Twaun Moore que anotó siete de sus 14 en OT. Nikola Mirotic se quedó en siete puntos y solo acertó en dos de sus 13 lanzamientos. Joakim Noah, que fue titular en ausencia de Pau Gasol, capturó 16 rebotes, repartió ocho pases de canasta y solo fue capaz de sumar seis puntos contra la defensa de los de Brett Brown. 

Al final, y teniendo en cuenta que nadie debería ir 24 abajo en Philly, podemos decir que la brutal exhibición de un tipo que no parecía un gran anotador en sus primeros años de carrera (ocho y 13 puntos de promedio en sus dos primeras temporadas con minutos) salvó el pescuezo a unos Bulls que siguen sin encontrar el nivel de juego deseado. Mucho que trabajar. Todos menos el bueno de Jimmy, claro.