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DOMINION BILBAO 76 - BANVIT BANDIRMA 85

El Bilbao se ahoga ante el Banvit otra vez en el último cuarto

Llevaba once de ventaja nada más empezar esos minutos fatídicos y se dejó recibir 32 puntos durante ellos. Moerman: 30 de valoración. El equipo se complica la clasificación

Bilbao
Bertans y Borg, ante Slaughter
Luis TejidoEFE

El Bilbao trataba de trasladar a su pista uno de esos partidos corales, completos y bien empaquetados que lleva prodigando en Europa fuera desde octubre. Y parecía lograrlo. Estaba cansado de algo que empieza a ser una maldición este año: le reprochan que le resulta imposible completar 40 minutos sin la ya clásica laguna del último cuarto. Y lo llevaba bien. Con once de ventaja al arrancar ese cuarto final (64-53) el mundo era de color de rosa ante el Banvit. Un buen 'average', segunda victoria en el Last-32 y sensaciones de que el grupo era compacto. Daba pinta. Hasta que entró en combustión Fortson, la figura del Banvit, inédita durante 34 minutos. Al Dominion le entró flojera de piernas, dudas de todo calibre, y llegó el mazazo. Empezó a tomar malas decisiones, a dejar de defender... y el conjunto turco entendió que no sólo de Moerman y Carmichael puede vivir, así que, apoyado en la convicción de su base, se fue a por una victoria que complica la existencia a los locales. Simmons metió un triple lejano y Mumbrú y Hervelle se vieron presos de la impotencia. El Bayern ganó el duelo alemán ante el Ulm y se proyecta hacia la primera posición.  

Un equipo que aspira a progresar en Europa, a dejar el pabellón de la ACB bien alto, no puede recibir 32 puntos en un cuarto. Y menos en el último. Nadie entiende este expediente X. Porque otra vez iba todo rodado. Hasta con cambio de guión. En esta ocasión los titulares no se los llevaban sólo los de siempre: Mumbrú, Hervelle, Hannah… sin la participación de todos, por ejemplo Todorovic, Borg, Bogris y Suárez, no habría sido posible mostrar al Banvit durante más de 30 minutos que había más colmillo sobre la madera que el que él se traía de Turquía. Eso sí, Bertans, uno de los amos en ataque, cuajó un partido fantástico. Es el cuadro otomano lo clásico en esta Eurocopa: un bloque bastante anárquico con americanos en la batuta que se prodigan en el uno contra uno y el tiro lejano. El Dominion anuló bien al Fortson, el líder del Banvit, y luego se murió de ansiedad.

El cuadro turco empezó siendo dependiente de dos hombres, los dos bien conocidos en Miribilla. 21 de los primeros 23 puntos del cuadro de Bandirma llevaban el sello de Moerman y Carmichael. El francés (30 de valoración) es otro jugador bien distinto a aquel chavalito aún por formar que llegó a Bilbao. Tiene una confianza brutal en su tiro y es la primera opción del equipo en muchos sistemas. Y del norteamericano no digamos nada. Está a los saltos, a bloquear y continuar como un rayo y ocupa bien los espacios, no como cuando era un 'hombre de negro', que comía los pasillos hasta a la mascota. El Bilbao empezó atascado ante la suntuosidad de Adrien: anotó la primera canasta a los cinco minutos y en posición forzada de Ruoff. 

Salieron los recambios y el Bilbao pitaba. Eso sí, un triple de Hannah nada más empezar el segundo tiempo llegó el chicle de la ventaja a estirarse hasta un 49-36. El partido tenía su vidilla interior, con jugadas al límite y dureza abajo. Fruto de ese roce cayó lesionado Vidmar, con un costalazo al buscar un rebote y desplomarse en mala posición. Poco se vio del anunciado pulso con su compatriota Begic, que a imagen y semejanza de su compatriota, también tuvo un traspié y acabó tocado. Jugando con pequeños, el Banvit fue comiendo el terreno y Fortson entró en escena en el momento oportuno. Luego se sumó Slaughter. Cuando al Bilbao le aparecieron los fantasmas. Elevó el listón físico y los locales se preocuparon más por cosas que no era el juego. Echó por tierra lo ganado en la primera jornada en Ulm y Sito Alonsó aludió a cierta negatividad de la prensa.