Una victoria del Granca que vale la Copa del Rey

El Herbalife Gran Canaria se congració con su afición tras apalizar al Joventut (82-67), que apenas aguantó hasta el descanso. Y casi, ni eso. Los amarillos prácticamente sellan así su pase a la Copa del Rey, en la que no estará la Penya y, de paso, le pegan un patadón a las dudas surgidas tras las tres ultimas derrotas.

Los partidos entre Gran Canaria y Joventut son sinónimo de espectáculo, de intercambio de golpes, acaso un envite de los que más gustan a los aficionados. Se avecinaba un duelo más que interesante entre los gigantones de Omic (13 puntos y 4 rebotes al descanso) y Drame (11 puntos y 3 rebotes tras los primeros 20 minutos). Si el esloveno le daba clases de baile (8-7), el africano se negaba a dejarse avasallar, dejando un 8-9 que sería la última ventaja verdinegra en todo el partido.

El Herbalife marcaba diferencias desde el triple. Se sumaron a la fiesta exterior Baez, Salin, Aguilar y Oliver, y así los amarillos cimentaron su ventaja al final del primer cuarto (26-18). Ante la baja de Pangos (le sustituyó Portugués en la convocatoria y vio el partido vestido de calle junto a Galdikas y Kuric), Paulí cumplió a la perfección desde el puesto de base, compartiendo con Oliver la función de surtidor de balones interiores.

Supo jugar el Granca con su ventaja hasta el descanso. Al poco tiempo de iniciarse el segundo acto ya mandaba por 11 tras un triple de Salin, 34-23, y Salva Maldonado se vio obligado a pedir tiempo muerto con el 40-27 ante el peligro de que el partido se rompiera definitivamente. Los últimos minutos fueron de un precioso intercambio de golpes entre Omic y Drame, y la Penya se marchó a vestuarios con el partido cuesta arriba (44-33).

Tan cuesta arriba se le puso el partido al Joventut tras el descanso, que muy rápido se vio el Gran Canadia cuesta abajo y sin frenos, lanzado, pegándole un fuerte bocado al partido a la primera ocasión que tuvo. El triple inicial de Salin en el tercer cuarto, 47-33, no fue sino el preludio de una tunda que llegó a ser de época. Omic, una vez desaparecido Drame, puso el +20, 53-33. El encuentro estaba, desde luego, decidido, tan noqueado como se encontraba el equipo de Salva Maldonado, arrinconado ante la voracidad ofensiva insular. El tercer cuarto, que acabó con un clarísimo 70-45, se resume en un estruendoso parcial de 26-12 a favor del Herbalife, tan necesitado como estaba de confesarse tras pecar contra Andorra, Fuenlabrada y Estrasburgo.

Con todo perdido, el Joventut quiso meterle una marcha más al partido pero ya era demasiado tarde. El Granca llegó a ir ganando de 25, su máxima diferencia en el encuentro (60-35, 70-45, 76-51). La formación verdinegra, que se despide de la Copa del Rey, apenas pudo maquillar un partido en el apenas se salva Brandon Paul, con varias canastas propias de los mejores highlights. Mientras, el Herbalife prácticamente sella una clasificación copera ante de emprender un largo viaje a Jerusalén. El domingo recibe al Barça. Que el ritmo no pare.