Sí, han ganado los Golden State Warriors. ¿Sorprendidos? No creo... No paran (¡que no paren!). Noche de grandes noticias en Oakland. Más allá de la victoria ante los Hornets (111-101), triunfo número 32 del curso para ellos (dos derrotas) y el 35 consecutivo en el Oracle Arena, los vigentes campeones de la NBA recuperaron para la causa a Harrison Barnes y el público pudo disfrutar de nuevo de Stephen Curry.

Para hacernos una idea de lo que significan estos Warriors: dos jugadores del equipo anotan 30 puntos cada uno (11 triples entre los dos), de nombre los Splash Brothers (Curry y Klay Thompson), y ninguno de los dos es el protagonista del día... Don Draymond Jamal Green (lo del Don, porque hoy le toca) sumó 13 puntos, 15 rebotes y 10 pases de canasta, su séptimo triple-doble de la temporada (más que nadie en la NBA) y tercero consecutivo: segundo jugador que consigue algo así en la historia de los Warriors (Tom Gola, 1959-60) y decimoquinto de toda la liga (Westbrook acumuló cuatro seguidos el curso pasado. Los campeones han anotado 40-61 tiros (65%) para 93 puntos en los últimos tres partidos a pase de Green (ESPN).

Ovación cerrada para Harrison Barnes. Los de Oakland no han dejado de ganar, pero cualquier aficionado es consciente de lo que el Halcón Negro aporta al equipo. Ocho puntos para él en su reencuentro con los parqués tras 16 partidos en la banda (tobillo). La otra gran noticia del día fue ver a Curry desenvolverse sin problemas. La espinilla le ha dado una semana complicada, pero el MVP parece haber vuelto para quedarse.

Dos notas en cuanto al partido, más allá de la actuación estelar del Big Three de los de La Bahía: quizás los mejores minutos de la temporada de Marreese Speights (15 puntos, 7-10 en los tiros) y máxima anotación de la temporada para Jeremy Lamb (22). Los Warriors buscarán la victoria número 33 mañana ante los Lakers (Staples Center).