Sin Stephen Curry, los Warriors caen vapuleados en Dallas
Segunda y dolorosísima derrota del curso para Golden State (29-2). Los campeones llegaron a ir 30 abajo (83-53). Un excelso Barea y Nowitzki tiraron de los Mavericks.
Los malos presagios se cumplieron. Stephen Curry no pudo vestirse de corto como consecuencia de los problemas físicos que arrastra en la pierna izquierda. Su estado no es grave, pero Golden State hace bien en ser conservador. Aunque eso sí, sin el MVP, los Warriors fueron una sombra de sí mismos. Tanto, que cayeron vapuleados en su visita a Dallas (114-91). Los texanos se dieron el gustazo de sumar su mayor triunfo (+23) e infligir a los actuales campeones su segunda derrota del curso. Dolorosísima por cómo se produjo. Llegaron a ir perdiendo por 30 puntos en el tercer cuarto (83-53). Un sublime Barea (autor de 23 puntos) y Dirk Nowitzki se encargaron de tirar de los Mavericks ante un rival desconocido que esta misma Nochevieja juega en Houston ante los Rockets. Oportunidad de resarcirse.
Pero volviendo a lo acontecido en el American Airlines Center, decir que desde el primer momento se vio que los Warriors (con Steve Kerr en la grada, incluso se rumorea que podría retomar las riendas del equipo este fin de semana) lo iban a tener muy cuesta arriba. Los malos porcentajes, en especial de Klay Thompson y del tocado Draymond Green (4/15 para cada uno), sirvieron como la mejor demostración posible de lo que Curry significa y aporta en su engranaje de juego. La atención enfermiza (y con razón) que capitaliza Steph de la mayoría de defensas crea una serie de espacios que beneficia sobremanera a sus compañeros. Sin su presencia, el resto (por muy buenos que sean) tienen mucho más complicado el encontrar huecos y tiros liberados. Y como prueba irrefutable están los números: 1-6 es el balance de los de Oakland en las dos últimas temporadas sin su franchise player. "Nos da 30 puntos y crea numerosas jugadas", concede la otra mitad de los Splash Brothers, su hermano Thompson.
Con los titulares fuera de combate, lo mejor de los aún pupilos de Luke Walton estuvo en el banquillo. Speights e Iguodala aportaron 12 tantos por cabeza e Ian Clark (21) se encargó de que el descalabro no fuera aún peor con los 14 puntos que firmó en un último cuarto totalmente intrascendete. Y es que no sólo Golden State sufrió merced a su falta de puntería, sino que también perdió con claridad la batalla por el rebote: 52-37. Mucha culpa de ello tuvo un Zaza Pachulia que, alejado de cualquier reminescencia mediática, está completando un temporadón.
Las lesiones (no sólo jugaron sin Curry, también sin Barnes, Barbosa y Ezeli), para tranquilidad de algún que otro miembro de la Liga, empieza a afectarles a pasarles factura. Pero, no obstante, les queda el consuelo de que tras 31 partidos siguen firmando el mejor inicio de siempre en la NBA (29-2). El 72-10 de aquellos Bulls de Jordan y Phil Jackson aún está a tiro.