El 2015 de ensueño del Real Madrid, resumido en 10 partidos
Los blancos cierran este año natural con la Copa, Euroliga, Liga e Intercontinental bajo el brazo. Y despertando a tiempo de la pesadilla de quedarse fuera del Top-16.
El 2015 dice adiós. Un año que los seguidores del Real Madrid no podrán olvidar. La ansiada Novena se hizo esperar. Dos décadas exactas de búsqueda para recuperar el cetro continental y 20 años repletos de decepciones. Pero como dice el tópico, la espera mereció la pena. El 17 de mayo los de Pablo Laso derrotaban en la final al Olympiacos en el Palacio de Goya (renombrado como Barclaycard Center por motivos comerciales), su casa. No cabe duda, aquella noche fue la más especial para la sección de baloncesto. Pero también hubo otros muchos más partidos que repasamos a continuación a modo de homenaje a un 2015 muy, muy difícil de emular. Para los madridistas, empieza un viaje especial donde los haya.
5 de febrero: Palizón del Madrid al Barça
Rudy Fernández, en su mejor partido europeo, y Sergio Rodríguez destrozaron al Barcelona en el primer Clásico del año. Una dulce venganza tras la derrotada liguera cosechada en el Palau poco más de un mes antes. Los blancos, muy motivados, dieron así un puñetazo encima de la mesa al poner tierra de por medio en la clasificación sobre los de Pascual que a su vez les permitía dejar muy encarrilada su clasificación al playoff de cuartos con el (siempre fundamental) factor cancha a favor. Sin Navarro, pero con un Hezonja desatado, el Madrid se gustó e hizo vibrar a la afición (con la energía de Slaughter incluida): 118-60 en valoración. Un serio aviso para lo que faltaba por llegar. Primera parada, la Copa.
22 de febrero: El Real Madrid repite título de Copa 29 años después
La Copa número 25 para los blancos se conquistó en Gran Canaria. En una final que fue de menos a más. Tuvo todos los ingredientes que hacen del baloncesto un deporte inigualable: emoción hasta el final (decidió una entrada marca de la clase del Chacho), alternancias en el mando del partido y el marcador, polémica arbitral, actuaciones individuales de escándalo (los 40 de valoración de un impresionante Tomic se quedaron en nada) y lo mejor de un Clásico (con algún destello de Navaro y muchos del MVP Rudy incluidos). ¡Ah! Y Nocioni. Con una pelota de tenis por tobillo, el Chapu puso 4 tapones: una acción defensiva que acabaría convirtiéndose en su seña de identidad, la de su coraje y ambición. Así llegó el tercer título copero de Laso y el primero del año natural que ahora acaba.
17 de abril: Triunfo épico del Madrid en su partido más loco en años
Quienes tuvimos la suerte de estar aquella noche en el Palacio necesitaremos décadas para olvidar (si es que podemos) lo que sucedió en aquel segundo partido del playoff de cuartos ante el Anadolu Efes. Con Heurtel (15 asistencias) gobernando el partido a su antojo, Krstic martilleando sin parar la zona blanca y pinceladas de los jóvenes y muy talentosos Saric y Osman, todo apuntaba a que los turcos se llevarían a Estambul un valioso botín: el 1-1 en la serie. Pero entonces... ocurrió lo inenarrable. 17 abajo y a 13:30 para la conclusión, una zona press (ese arma que tan buenos resultados le ha dado a Laso) permitió la remontada (68-67) en sólo cinco minutos. Pero entonces, Heurtel volvió a hacer de las suyas para poner el 75-82 a falta de 120 segundos. Un jarro de agua fría, para los de Ivkovic. Sergio despertó y no le tembló el pulso desde la línea para culminar el milagro que un mate de Nocioni en la cara de Saric y un triple de Reyes habían obrado. Una montaña rusa. Bendita locura.
30 de abril: El Madrid gana la batalla del liderato en el debut de Doncic
Victoria ante el Unicaja para cerrar el mes de abril y prácticamente asegurar el liderato en la fase regular de la Liga Endesa. Demostraciones de clase y buen hacer de Reyes y Llull. Laso acabó expulsado en el segundo cuarto y Ryan Toolson conmocionado tras chocar con un muro llamado Slaughter. Pero aquel día se recordará por el del debut del canterano blanco más precoz. 16 añitos, dos meses y cinco día tenía Luka Doncic cuando pisó el parqué del Barclyacard Center a 1:28 para la conclusión del duelo. 16 segundos después, en el primer balón que tocó como profesional, convirtió un triple. Quizá, y ese camino lleva, el inicio de una gloriosa carrera.
15 de mayo: Un cuarto salvaje mete al Madrid en su tercera final seguida
¡Qué exhibición la del segundo cuarto! Un baño que heló a la muy numerosa y mucho más animada afición turca. Un parcial de 35-14 (44-16 en cosa de 12 minutos, incluyendo los dos últimos del acto inaugural) que sepultó toda opción del Fenerbahçe (pese a que Obradovic y la 'Mini-Mamba' Goudelock no bajaron los brazos) de alcanzar la final. Fue el partido de Ayón, de Rivers y sus puñales en forma de triples, de Nocioni (quien se merendó a su discípulo, el MVP Nemanja Bjleica)... De los recién llegados ese curso. Sólo quedaba un paso para la gloria. El Olympiacos de un dios griego llamado Spanoulis, último obstáculo.
17 de mayo: El Madrid, campeón de Europa por novena vez en su historia
Con Spanoulis magistralmente maniatado por la defensa de Pablo Laso que Llull y Rivers (su regreso supone la mejor noticia posible para despedir el año) se encargaron de poner en práctica, el Olympiacos llegó vivito y coleando al cuarto definitivo. Pero entonces, un microondas llamado Carroll comenzó a masacrar desde el 6,75 a los helenos. A su vez, Maciulis se hacía un hueco para siempre en el corazón de la afición: no solo por su entrega y compromiso, sino por su valentía cuando el equipo peor lo pasaba antes del descanso. Y qué decir de Nocioni. El Capu vino para esto, para hermanar al equipo con la grada como sólo unos elegidos están llamados a hacer. Para contagiar a sus compañeros con la ilusión propia de quien acaba de empezar a jugar a esto. Pero no, no es un chaval, sino un veterano que tenía entre ceja y ceja ganar su primera Euroliga. Y lo consiguió como un más que justo MVP merced (entre otras muchas cosas) a unos tapones que cambian partidos. La noche acabó con Llull, eufórico, brindando la copa a una afición que enfervorecía en una de las esquinas del Palacio. Sí, mereció la pena esperar 20 años. Y es que el Real Madrid, el rey de Europa, siempre vuelve.
21 de junio: El Real Madrid quiebra al Barça con un partido portentoso
El segundo asalto de la final ACB se decidió, y el resto de la eliminatoria también, en un solo cuarto: el primero. Quien llegó tarde aquella mañana de junio aún se está tirando de los pelos. Se perdió el histórico 31-10 con el que los blancos abofetearon al eterno rival. Sergio Llull, desatado, firmó un 5/5 en triples (24 puntos totales para 31 de valoración) en aquellos 10 minutos difíciles de repetir. Luego Ayón y Rudy se encargarían de que la fiesta (en la grada y en el marcador continuase). Sólo Justin Doellman salvaba la honra en los culés. Quien sabe, quizá los gritos del Palacio ("Sergio, te queremos; Sergio quédate") hicieron recapacitar al de Mahón en el que por entonces se intuía como su último partido como local con el Madrid...
24 de junio: Alirón y poker histórico
El histórico curso 2014-15, el mismo en el que se conquistaron los cuatro títulos en juego, se cerró de la mejor manera posible para los madridistas: conquistando la 32ª Liga en el Palau, ante el Barcelona y su afición. "Estamos jodidos", comentaba un alicaído Ante Tomic antes de abandonar el Palacio días antes con un 2-0 en contra en el zurrón. Quiso hacer borrón y cuenta nueva. Estuvo soberbioel croata, y cuando contó con la colaboración de un socio (Abrines), cerca estuvo de forzar el cuarto envite. Pero enfrente tenía a un EQUIPO. Porque los suplentes, con Carroll (Jaycee ejerció de verdugo), Nocioni, Sergio y Maciulis al frente se encargaron de asumir la responsabilidad ante el mal día de los titulares (lo que no impidió que Llull se coronase como MVP). Y el Madrid campeón de todo. Lo que es la vida: en el verano anterior Pablo Laso se había visto en el alambre.
27 de septiembre: El Real Madrid cierra el círculo, campeón intercontinental
Ni un arbitraje nefasto (y puede que también malintencionado) de Reynaldo Mercedes y la derrota en el primer asalto de esta final a doble partido, aunque en el mismo escenario (el Gimnasio Ibirapuera de Sao Paulo); impidió al Madrid firmar un mágico repoker. Llull (de nuevo MVP), Carroll, Ayón y Thompkins (en su segundo partido con la camiseta blanca y, de largo, el mejor hasta la fecha) sellaron el triunfo ante el incómodo Bauru en un duelo raro por el hecho de que la mitad de la plantilla no hace ni una semana estaba jugando en Lille, en otro continente, la final del Eurobasket. No hubo excusas. El 27 de septimbre se ganó el quinto título consecutivo. La misma fecha en la que justo un año antes, 2014, todo empezó con la consecución de la Supercopa Endesa en Vitoria.
3 de diciembre: El corazón y la defensa mantienen vivo al Real Madrid
Fruto de la relajación, la falta de tensión competitiva, la aún inadaptación de los nuevos y l carecer de no contar con una temporada como mandan los cánones, el Real Madrid no hace ni cosa de un mes que estuvo a punto de hacer historia de nuevo, pero negativa. Nunca un campeón de la Euroliga había dicho adiós a las primeras de cambio la temporada siguiente. Esta regla no escrita sigue cumpliéndose, en parte gracias a la resurreción vivida ante el Fenerbahçe cuando todo parecía ponerse (muy) cuesta arriba. En una entrevista concedida a AS en la víspera, el maestro Obradovic decía no tener ningún tipo de motivación extra ante la posibilidade de dejar a los blancos casi sentenciados. No pareció así 24 horas después. Los visitantes salieron dispuestos a hacer sangre. Cumplir con su deber. 16-28 se observaba en el marcador de un Palacio helado. Fue entonces, en el segundo cuarto, cuando la segunda unidad recuperó la esperanza y reanimó el corazón del campeón de Europa. Nocioni, con su garra y de nuevos con sus tapones antes de caer lesionado cual gladiador, Doncic (vaya arrojo y confianza que tiene en sí mismo), Carroll, Taylor (absolutamente fundamental) y Hernangómez (en sus más importantes y mejores minutos de balanco) evitaron la hecatombe. Hubo otra recaída, pero entonces Ayón y Llull ya estaban conectados para salvar los muebles. Si no hubiese sido por aquella heroica reacción (y el triple de Carroll ante el Bayern), este 2015 de ensueño hubiese tenido un cierre de pesadilla.