Los Knicks se hunden en Boston: cuatro derrotas consecutivas
Isaiah Thomas anotó los puntos esenciales para unos Celtics que mandaron siempre y que suman cuatro triunfos seguidos. Camino opuesto al de unos Knicks que se deshacen.
Carmelo Anthony (29 puntos y 10 rebotes) definió a Isaiah Thomas como “un tipo pequeño con un gran corazón: un tipo duro”. Un gran corazón… y un gran talento. El base de los Celtics anotó un par de canastas marca de la casa y cuatro tiros libres para, con esos 8 puntos seguidos, distanciar (100-91 final) a unos Knicks que venían a remolque pero que se habían puesto 90-85 a tres minutos del final. A los de la Gran Manzana, no es noticia, no les salió nada demasiado bien en el tramo decisivo del partido. Y el propio Carmelo y Porzingis (16 puntos, 12 rebotes, 3 tapones, demasiados tiros fallados) estuvieron especialmente solos: 2/10 en tiros Afflalo (4 puntos), 2/7 Galloway (otros 4) y 10 de Lance Thomas, que se ha convertido en trascendente ante el estado de la segunda unida de un equipo en el que Calderón volvió a pasar de puntillas: 2 puntos, 1 asistencias, 1 pérdida.
De los Knicks se ha hablado mucho más que de los Celtics seguramente porque no es noticia que los de Stevens sean otra vez un gran equipo. De los puntos de Thomas (21) a la movilidad de Turner (19), la energía de Crowder (18 y 6 rebotes) y el regreso de Marcus Smart tras 18 partidos de ausencia (6 puntos en 13 minutos). Los verdes fueron mejores pero no se escaparon del todo hasta el final. Y, a la espera de la visita de los Lakers para el último partido de Kobe en el Garden (palabras mayores), suman cuatro victorias seguidas… por las cuatro derrotas consecutivas de los Knicks. Caminos opuestos. Total, que hace un suspiro unos estaban 14-13 y los otros 14-14 y ahora los Celtics tienen un 18-13 por el 14-18 de unos Knicks que empiezan a rumiar una tercera temporada seguida fuera de los playoffs. Tal y como está el Este (donde sólo son peores Bucks, Nets y Sixers) quizá han cedido ya demasiado espacio.