En su faceta más feroz e inicua, el Estudiantes, a sabiendas de que no podía permitirse ni una derrota más, ha avasallado impiadosamente a un Sevilla incapaz de contener tal vorágine de viveza. Los de Ocampo tiraron de recursos, y con un juego dinámico y mucha concentración, consiguieron romper el partido en el segundo cuarto para apropiarse de la victoria. 

Ambos equipos salieron tibios a la pista, tanteándose el uno al otro. Jaime Fernández, en su partido número 150 en Liga Endesa, liderando al Estu mientras Alfonso Sánchez hacía lo propio en el Sevilla. El partido se animó con la entrada a pista de Javi Salgado y Juancho Hernángomez, quien se estrenó con un triple y un posterior 2+1 tras un pase de Mitchell. Poco más tarde, otro triple y la ovación del público al ser sustituido. 9 puntos y 12 de valoración en 8 minutos. Todo dicho.

Mientras tanto, Vicedo con un par de triples consecutivos gritaba en silencio que su muñeca estaba preparada. Y tanto. El jugador del Estu, con 11 puntos, ha firmado su mejor partido en Liga Endesa. El Sevilla, desubicado y con la barriga llena tras Navidad, no pudo seguir el ritmo del Estu, que aprovechó la pesadez del rival para correr. Javi Salgado, brillante, dirigió con criterio y consiguió secar a Anderson. Oriola y Alfonso Sánchez, remando a contracorriente, fueron los únicos que intentaron la remontada. Así se llegó al descanso, con un 51-30 en el luminoso. 'El milagro de la Navidad'.

Tras el intermedio, el guión del partido seguía siendo el mismo. El Estu, con el pie a tabla, no desaceleró ni un ápice. Los de Ocampo, impíos, no tuvieron reparos en hacer sangre al impávido rival. Querían los 100, y así lo hicieron. A la fiesta se sumaron Xavi Rey, en su particular festival de rebotes, y un invitado inesperado: Tony Mitchell. El estadounidense se animó en la segunda parte y dio lo que en un principio se esperaba de él. El canterano Fran Guerra también sumó buenos minutos al borde del final del encuentro. Así, el Estu sumó su tercera victoria de la temporada, la primera en casa, gracias a una brillante defensa que sorprendió al equipo de Casimiro.