El partido de Miami fue apenas un aperitivo de una jornada navideña que prometía empacho de baloncesto. Ni el duelo daba de sí tanto como podía parecer cuando se programó, antes de que a los Pelicans empezara a salirles todo mal, ni lo que se vio después en la pista dio para grandes emociones. Una de las grandes jornadas de la Regular Season se abrió con un 94-88 para los Heat en un partido resuelto con una prórroga a la que se llegó con un pírrico 78-78 y tras air balls de Chris Bosh y Anthony Davis en los últimos segundos. Muy poca cosa.

En la prórroga y tras el enésimo intercambio de errores (80-80) llegó el break con un triple de Deng y 13 puntos sumados entre Dwyane Wade y Chris Bosh. Las dos estrellas hicieron un trabajo que no les debió llevar tanto: 65-52 en el inicio de un último cuarto en el que Ryan Anderson (12 de sus 18 puntos) se empeñó en alargar un partido con pocos aciertos, lagunas de concentración defensiva en las dos canastas y una presentación estruendosa de Anthony Davis, que comenzó como un tornado su primer partido en Navidad pero terminó agotado después de jugar más de 50 minutos para un equipo que no se puede permitir casi ni un segundo sin él en pista. Terminó con 29 puntos, 15 rebotes, 4 asistencias, 4 robos y 3 tapones. Pero al descanso llevaba ya 20+10+3+3+3: el primer 20+10 al descanso en toda la temporada NBA y más puntos que el resto de sus compañeros, 42-38 para unos Heat que ya habían desaprovechado sus primeras ventajas (27-15, 33-24…) en un partido muy de más a menos de Wade y Bosh, que se desquitaron en la prórroga.

A los Heat les volvió a fallar el banquillo y a los Pelicans un poco de todo, como a lo largo de una temporada en la que están lejos del equipo que iba poniendo piedra sobre piedra a un proyecto muy competitivo. Primero las lesiones, ahora los ajustes demasiado a destiempo… y 9-20 en la clasificación. Tyreke Evans se quedó en 6 puntos con un 2/9 en tiros y 5 pérdidas, y sólo acompañó ya tarde a Davis, como Anderson o Holiday. Pusieron poco en Miami los Pelicans y aún así pudieron ganar, una mala noticia para los Heat, que se vieron por primera vez por detrás a falta de 90 segundos (72-74) y que necesitaron poner el despertador ante un rival que, todo sea dicho, también falló cuando pudo llevarse el partido. Y perdió. Porque tiene a Anthony Davis pero su rival tiene a Wade y Bosh. Y eso todavía es algo, desde luego.