Otro milagro 'Grizzly': Matt Barnes, desde su casa
El alero dio el triunfo a los de Tennessee con una canasta imposible a un segundo del final. Marc sumó un nuevo doble-doble: 19+12.
¿Se acuerdan del canastón sobre la bocina de Jeff Green el pasado domingo? Pues lo de hoy ha sido aún mejor. Los Memphis Grizzlies han vuelto a tirar de épica para imponerse en el Palace de Auburn Hills a los Detroit Pistons por 92-93. A solo cuatro segundos del final del choque y con los de suyos dos abajo en el marcador, Matt Barnes capturó un rebote y salió corriendo hacia el otro lado de la cancha. David Joerger, su técnico, intentó pedir tiempo muerto, pero paró en cuanto vio la decisión que había tomado el alero. Bang. Desde el centro del campo, saltando sobre una pierna y para ganar el partido. Los Pistons tuvieron un segundo para arreglar las cosas, pero Markieff Morris falló el triple final. Segundo milagro 'Grizzlie' en cinco días. Éste para olvidar la paliza de los Thunder. "Sabía que estaba por delante de mucha gente y no tenía claro cuánto tiempo quedaba en el reloj. Tuve espacio para lanzar y lo hice. Ha sido una locura de tiro, mucha suerte para ganar el partido", aseguró Barnes al finalizar el choque. "La jugada que teníamos preparada por si fallaban era botar tres veces y lanzar desde el centro del campo con cuatro segundos en el reloj. Nos ha salido perfecta", añadió Joerger entre risas cuando le preguntaron por el loco final de partido. Lo dicho, nuevo milagro de los de Tennessee.
Lo mejor del encuentro fue, sin duda, la batalla, guerra o pelea que protagonizaron los interiores en las dos zonas. Marc Gasol y Zach Randolph, una de las mejores parejas de pívots de los últimos años en la liga, contra la bestia Andre Drummond, quizás el center más dominante de toda la Conferencia Este. El dúo visitante rindió a su mejor nivel: 19+12+4 para el español y 21+16 para el ex de Michigan State (siempre bien recibido en Detroit). Y el héroe local no se quedó atrás: 18 puntos y 19 rebotes (siete ofensivos, su gran especialidad, los mismos que Randolph). Por otro lado, el acierto exterior, como es más que habitual en los partidos de los Grizzlies, brilló por su ausencia. Los locales anotaron ocho de sus 29 intentos (27,6%) y los visitantes, en su línea (tirando poco y mal), acertaron cuatro de sus 15 lanzamientos (26,7%).