El Barça cayó derrotado en el Palau por un Zalgiris que fue superior desde el primer minuto y que mandó siempre en el marcador. Los azulgranas no estuvieron nunca fuera del partido, la diferencia rondó casi siempre los diez puntos, pero no lograron adelantarse en el electrónico en ningún momento.

El primer cuarto arrancó con canastas relativamente fáciles de los dos equipos, sobre todo de Zalgiris, pero sin que ninguno lograra abrir hueco en el marcador. Pese a ello dos triples consecutivos (Jankunas y Kalnietis) aumentaron la diferencia hasta los 8-16 para un Zalgiris que no falló un solo tiro de campo en los seis primeros minutos de partido mientras que el Barça, relajado, ni apretó en defensa ni controló el rebote ofensivo. Solo Satoransky mantenía en el partido a los azulgrana, a los que ayudó mucho que el Zalgiris bajara sus porcentajes de tiro. Sin embargo el equipo de Pascual se cargó rápidamente de faltas, lo que ayudó a aumentar la ventaja de los visitantes hasta los 16-25 con los que acabó el primer cuarto.

El principal problema del Barça no fue la parcela ofensiva, en la que Arroyo repartía juego e incluso metió un triple, sino en la parcela defensiva. El Zalguiris ganó constantemente la línea de fondo y dobló balones hacia el exterior, encontrando siempre tiros fáciles. El Barça pudo correr y reducir ligeramente la distancia gracias en gran medida a Arroyo, aunque las perdidas de balón del Zalgiris también ayudaron a los de Xavi Pascual. El gran lastre de la primera parte, sin embargo, es que solo cinco azulgranas anotaron en los primeros 20 minutos. Al descanso, 38-45 para el Zalgiris.

El Zalgiris se complicó el partido en el tercer cuarto, bajando los porcentajes de acierto y con dos técnicas (una a su entrenador) que dieron aire al Barça. Llegaron los azulgrana a ponerse dos por debajo en el marcador, gracias al buen juego interior de Tomic (28 puntos, 38 de valoración), pero no pudieron darle la vuelta al marcador en el tercer cuarto. Zalgiris, liderado por Kalnietis, aguantó el tipo aunque la contribución de Perperoglou mantuvo a los azulgrana dentro del partido.

Los lituanos volvieron a situar la diferencia en el marcador hasta los diez puntos gracias a fallos incomprensibles del Barça con Lawal de protagonista. Y si en la primera parte fue Arroyo el motor del Barça en el final de partido lo fue Ribas, el mejor en la segunda mitad, pese a que la diferencia, a cinco minutos del final, rondaba siempre los diez puntos. Llegó el Barça a ponerse seis abajo, pero no pudo remontar y acabó perdiendo por 88-92 sin tener nunca la opción real de ganar el partido.