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PELICANS 114-CAVALIERS 108

Un colosal LeBron (37) no es suficiente en la casa de Davis

La estrella de los Cavaliers realizó un increíble último cuarto al anotar 23 puntos. El ala-pívot de los Pelicans, vital para ganar el partido.

LeBron James durante el partido ante los New Orleans Pelicans.
LeBron James durante el partido ante los New Orleans Pelicans.Derick E. HingleUSA Today Sports

Cuando llega un ciclón, existen dos opciones. La primera es resguardarte. Esperar a que pase lo peor, el viento y la lluvia, para afrontar de nuevo la vida rodeado de destrucción. La segunda es enfrentarte a él. Salir a pecho descubierto ante esa fuerza de la naturaleza. Esta opción la suelen elegir los dementes, los que no tiene mucho que perder, ni tampoco que ganar. Y algo parecido hicieron esta madrugada unos Pelicans que no encuentran todavía su sitió en la NBA 2015-16. Con mucha ilusión se comenzó la temporada. Anthony Davis y tal. Pero con el paso de las jornadas, la situación pasó de traspiés a caída por el barranco, y con un balance 4-15, se veían las caras contra los líderes de la Conferencia Este, los Cleveland Cavaliers de LeBron James. El equipo de Nueva Orleans ganó, venció sufriendo, tras llegar al último cuarto siete arriba (84-77) y con un Anthony Davis (31 puntos  -20 antes de afrontar 12 minutos finales- y 12 rebotes) que se lanzó contra el viento huracanado que descargó con toda su rabia LeBron James. El ala-pívot sólo era replicado desde Ohio en los tres primeros periodos por J.R. Smith (18 con tres triples seguidos para abrir el partido) y Kevin Love (15 y 10 capturas). ¿Dónde estaba ese James brutal al que menciono?

Estaba creciendo. Formándose en el mar, para soltar toda su furia en el último cuarto. Anotó 23 de sus 37 puntos en esos instantes. Se quedó a dos tantos de igualar su mejor marca en un solo cuarto. Logró 9 de las 11 canasta en juego de los Cavaliers y participó en una de esas dos en las que no encestó con una asistencia para que Dellavedova lograse un triple. "¿Qué iba a hacer? Traté de ser agresivo, de empujar al equipo", comentó LJ sobre su soberbio último periodo. 

Él fue el macho alfa de un ataque que sólo era detenido por el más inesperado: Dante Cunnigham. Con una media de 20,3 minutos en su carrera (y ya son siete temporadas) y 6,0 puntos (en su mejor campaña en Minnesota hizo 8,7), el alero fue un muro para James. El jugador de Akron hizo 3/17 cuando se midió en ataque contra Cunnigham, 10/12 para 30 puntos cuando otro pelican era su sombra. ¿Cómo lo hizo? El 44 alejó lo máximo posible a James de la canasta: con él tiraba a casi cuatro metros; sin él, a uno. Esta defensa de hierro, provocó que el cuatro veces MVP buscase soluciones rápidas. Se movía para alejarse y cuando lograba zafarse y emparejarse con otro, triunfaba: 4/5 en ese último cuarto para ocho puntos.

El de la Universidad de Villanova, con todo el esfuerzo que significa demoler a una torre, fue clave para llevar el partido a una prórroga que forzó Holiday con un triple estratosférico (105-105), al evitar que James anotase sobre la bocina. El alero de los Cavaliers tuvo que lanzar de lejos. Una vez más. En el tiempo extra la gasolina del 23 de los Cavs se agotó, al igual que la de sus compañeros. Mucha montaña subida con un yunque sobre la espalda. Un peso que se hizo más grande cuando Davis dio tres de las cuatro estocadas de los Pelicans en esos cinco minutos extras. "Perk (Perkins) me dio: 'Este es el momento en el que tienes que estar muy bien'. Cada vez que cogía la pelota buscaba ser agresivo y mis compañeros me buscaban", subrayó un Davis que aguantó el vendaval y salió victorioso. Pocos pueden dar testimonio de eso.