DOMINION BILBAO 73-OLDEMBURGO 68
El Bilbao pasa de ronda tras una agonía ante el Oldemburgo
Una zona le paralizó y un 2-20 estuvo a punto de arruinar la noche. James, muy fuera de sitio por el interés del Olympiacos, no pudo frenar a Qvale. Bogris, 14 rebotes, decisivo
Se han visto partidos como el de esta noche en Miribilla un montón de veces en las casi cien comparecencias bilbaínas en la Eurocopa. Un equipo de menor rango, atizado por el orgullo tras el palizón de la ida, una zona abierta muy arriba, y el Dominion que se deja comer la tostada. De una ventaja de +16 (64-48), ya poniendo la proa hasta la siguiente aventura, a recibir un 2-20 de manos del Oldemburgo y entrar la flojera de piernas. Entonces sale un secundario como Bogris, redivivo por la ausencia moral de James (estaba de cuerpo pero no de mente) y deshace el entuerto. 14 rebotes (dos ofensivos claves) rebañó el griego. Lo principal es que el Bilbao se clasificó para la siguiente fase y que sigue el pulso con el Trento por el liderato del grupo, pero no conviene descuidar al Olimpia esloveno. Como mal mayor, los vizcaínos serían terceros.
No hubo mucho convencimiento de salida. Lo habitual este año por la ciudad del Guggenheim. James, con la cabeza loca por el interés del Olympiacos, estaba fuera y eso afectó a todo el equipo. Se comieron el 'pick and roll' central con Qvale y dieron oxígeno a los alemanes. Sito vio el panorama y retiró al norteamericano a los dos minutos de juego. El 2-9 era un aviso de que algo no funcionaba. Se empató a 12 con jugadas de clase de Mumbrú, pero arreció otro acelerón amarillo: 15-23. El técnico del Dominion dio una larga charla cariñosa a James antes de devolverlo a la pista. Gestos inequívocos de que hay muchos nudos que desenredar en su situación en Miribilla.
Las rotaciones dieron una versión más dicharachera al cuadro local. Ruoff primero y Todorovic luego (con un 2+1 de esos de la estratosfera e inmediatamente un mate en rebote ofensivo entre el final del primer cuarto y comienzo del segundo) pusieron a los locales en la pista hacia la victoria. La primera ventaja llegó a los 12 minutos: 24-23. Entre los dos equipos llevaban 1/10 en triples, en 15 minutos, ninguno habían metido los germanos. pero Paulding afinó el punto de mira para otro estirón: 30-34.
Sito Alonso no movió el equipo en los ocho primeros minutos del segundo tiempo. Dio continuidad y eso siempre aporta un ritmo más dulce. Lo agradecieron Raúl, Bertans, Todorovic, Suárez y Bogris, que fueron haciendo camino. El base de Vic tomó las riendas con valentía y decisión. Dejan es un jugador nervioso, a veces contagia demasiada hiperactividad y su tiro es mejorable, pero tiene piernas y ambición para construir un gran futuro como baloncestista. Qvale salió tras el descanso con la misión exclusiva de atacar a James de espaldas, posteando en el uno contra uno sin atisbar ayudas defensivas. Tiene kilos y le fue aculando al norteamericano bajo la canasta: le hizo un dos más uno; un gancho por aquí; otro ganando el centro muy bien... un abuso.
El equipo dejó de defender y la zona 2-3, muy arriba dejando espacio a la espalda, le cortó la vigencia. Bertans intentó romperla con valientes penetraciones. El Oldemburgo se repuso y se colocó por delante (66-68, a falta de casi cuatro minutos). Mumbrú metió un triplón cuando la pelota ardía y salió el ardor de guerrero griego de Bogris para coger dos rebotes ofensivos que decantaron un final abierto, agónico.
"Teníamos un problema mental de un jugador y el objetivo era ganar. Provoca una situación de incertidumbre. Lo que le ha pasado no son cosas nada normales. Hay un interés y no se sabe si se va a llevar a cabo o no. Estamos cien por cien apoyándolo, sin este tipo de contrato no podría estar aquí porque el Bilbao no se puede permitir este tipo de jugadores. Estaba destrozado en el vestuario", valoró Sito Alonso.